jueves, 31 de mayo de 2018

Hoy ha sido un gran día: Rajoy se ha ido.

A Rajoy lo han echado mientras que él comía tranquilamente en un restaurante con sus secuaces, y eso ha sido la mejor noticia para casi todos los españoles. Menos para los partidos fachas, claro. Había momentos en que creía que nunca se iría este hombre, pero gracias a Dios ha ocurrido el milagro. Nos hemos quitado a un carca y mentiroso patológico que había confundido España con un cortijo, como lo hizo su admirado Franco, años atrás. Pedro Sánchez ya es nuestro nuevo presidente, y por muy mal que lo haga, no lo hará peor que Rajoy que ha dejado el listón muy bajo. Hace muchos meses escribí que Sánchez ganaría la presidencia de su partido porque había dicho NO a Rajoy y no se había bajado los pantalones como hizo su propio partido. No me equivoqué. Sánchez creo que es el único político con cualidades para dirigir este país si no se inclina demasiado a la derecha ni a las exigencias de sus nuevos socios. Estoy contento, muy contento de que Pedro Sánchez sea nuestro nuevo presidente. Lo va a tener difícil porque su antecesor ha dejado maltrecha a la sociedad media baja. Eso sí, los ricos siempre estarán agradecidos a Rajoy porque los ha enriquecido más.    




sábado, 19 de mayo de 2018

Con Franco se vivía mejor...

Mi madre no era franquista pero tampoco era antifranquista. Era una mujer que no había estuadiado, como tantas de aquella época, pero era inteligente que las pillaba al vuelo y que se lo montó muy bien para vivir una vida sin problemas económicos ni trabajar para los demás. Por esa razón no hablaba mal de Franco. En cambio, mi padre, que pegó tiros en nombre de la República donde llegó a ser sargento, no dejó de despotricar contra Franco hasta su muerte. Y no es que a mi padre le fuera peor, ni mucho menos. Era un hombre con suerte, que quitando los tres o cuatro años que trabajó de cobrador en la Mutua General de Seguros, tampoco estuvo a las órdenes de nadie. Se montó sus propios negocios que le proporcionaron el dinero suficiente para vivir desahogadamente toda su vida llena de salud y suerte. Mis padres vivieron muy bien con Franco y, en consecuencia, yo también viví muy bien. Huelga decir que no nos enterábamos de la misa la mitad de lo que pasaba realmente en España. Por ejemplo, yo no me enteré de quien era realmente Franco hasta que empecé a estudiar Arte Dramático, leer clásicos, literatura pura y dura y viajar a Paris y vivir en Estocolmo. Entonces me di cuenta de que mi España era como un cortijo dirigido por un señor pequeño y voz aflautada llamado Franco. Pero a pesar de eso seguí viviendo bien sin problemas importantes, con la única diferencia que sabía la verdad. Ahora, en 2018 me planteo si vivía mejor antes con Franco o ahora con Rajoy, y la verdad es que si tengo que ser objetivo, que lo soy, quizá vivía mejor antes con una dictadura galopante. Antes no había libertad de expresión; ahora tampoco la hay, antes casi todo el mundo tenía trabajo y cobraba más o menos un sueldo decente y podía ahorrar; ahora ni soñarlo, antes España era diferente; ahora somos los primeros de Europa en consumo de coca y el hazmerreír cobrando al sol un impuesto, antes los jueces eran unos cabrones franquistas; ahora todo el mundo se cachondea de ellos, antes la policía pegaba fuerte; ahora lo mismo, antes la gente parecía más feliz; ahora casi todo el mundo se queja y parece amargado, antes… Y lo peor de todo: antes se fusilaba a gente y ahora no se hace porque no se puede… ¿sigo? Nunca creí que podría decir que quizá con Franco se vivía mejor o mejor que ahora. Sí, de acuerdo que antes era una dictadura, existía ETA que mataba, pero también existía El Lute, Serrat, Raimond, Paco Ibáñez, los Beatles, los Stones, Gracita Morales, José Luis López Vázquez y Alfredo Landa, y, sobre todo, existía la esperanza de que un día seríamos libres del todo. Ahora, con Rajoy de presidente con Rivera detrás y los partidos de chicha y nabo de izquierdas, ¿qué existe? No, mejor otra pregunta: ¿qué nos espera?     


    
El primero a la izquierda es un amigo de Franco.