jueves, 8 de julio de 2021

La Carra, la horterada personificada.

Que vaya por delante que a mí Rafaela Carra siempre me cayó bien y me parecía una persona muy divertida y con mucha vitalidad. Pero en mi tiempo, hablo de los años 70 y 80, la señora Carra estaba consideraba una hortera de cojones entre los intelectuales y los artistas. En cambio gustaba mucho a los horteras y a los de derechas. Cuando la italiana aterrizó en España se encontró con los herederos del franquismo, tan dados a este tipo de artista con cierto aire de revista, que también gusta tanto a la España profunda. En el círculo en el que yo me desenvolvía a nadie se le hubiera ocurrido, ni en broma, comprar un disco de Rafaela Carra. Era la ordinariez personificada por muy simpática que fuera y por muy bonitas piernas que tuviera. Que las tenía, por cierto. Pero cayó de pie en España, en TVE, para más señas, y se forró. Por otra parte, negar que no tuviera talento, sería absurdo, porque era una artista de los pies a la cabeza... pero hortera.