lunes, 19 de julio de 2021

Necesitamos a Franco para que limpie la basura... aunque sea uno o dos meses.


Hoy he visto en las noticias que un joven descerebrado ha pegado un puñetazo a un sanitario que ha perdido un ojo. Para colmo el agresor se ha ido deseándole la muerte. Nadie ha hecho nada. Yo me pregunto dónde va acabar esto. Por otra parte, es normal que estos descerebrados sean tan violentos con la cantidad de violencia que hay por todo. Los que mandan son tan mierdas que no permiten que se vea un pezón, por si nos masturbamos, y en cambio a las 10 de la noche pasan película con una violencia brutal por las televisiones (menos en la 2). Si una persona es normal toda esa violencia no le afecta, más bien la rechaza, pero a un trozo de tronco como el que ha pegado el puñetazo al sanitario, sí le afecta. Ese es el problema: ¿quién ve esa violencia? Por casualidad he visto trozos de combates de kick boxing y he flipado por un tubo por la brutalidad de los combates. Este deporte de animales (que me perdonen hasta las ratas) debería estar prohibido porque pasa todos los límites. Ya sé que lo practican taraos, pero los ve gente normal (muy normal no) y muy influenciable. Por eso cada día hay más peleas, muchas de ellas simplemente por placer. Y luego nos quejamos de que la policía pega. ¿a quién se tiene qué quejar el pobre sanitario que tendrá que llevar el resto de su vida un parche o un ojo de vidrio? Y si atrapan al animal que lo agredió ¿qué le pasará? ¿Dará con uno de esos jueces que hay por ahí que no las tienen todas juntas y le pondrá de condena trabajos sociales? ¿Adónde vamos a llegar? Por eso, cada día que pasa me gusta más mi ZOILO POLLÈS (editado por Tierra, 2019). Espero que ese chaval tan agresivo, que seguro ha tenido una vida de mierda... o no, se encuentre algún día con un Zoilo en su camino. Soy antifranquista hasta la médula, pero creo que necesitaríamos a Franco para que se cargue a toda la gentuza que ensucia este mundo: desde los que se pegan como bestias en un cuadrilátero, pasando por los directivos de televisiones, y terminando con los capitalistas que mandan y que permiten estas barbaridades.