jueves, 1 de febrero de 2024

Una historia de soledad y abandono.

Hay cosas que uno lee o ve en televisión que no se puede creer. Por ejemplo, la noticia de que un niño francés sobrevive dos años solo tras ser abandonado, alimentándose de latas de comida y dulces que le traía de vez en cuando su madre. Vivía en un piso sin luz e iba al colegio cada día. No faltó ni uno y, además, tenía buenas notas. El niño tenía 9 años. ¿Puede ser esto real? ¿Existen madres tan alimañas? Pues sí, existen, la prueba está en la madre del niño que abandonó. Ahora la madre se enfrenta a tan solo 18 meses de cárcel,y seis de los cuales estará en libertad vigilada con pulsera electrónica con la obligación de someterse a tratamiento psicológico. Es de risa, ¿no? Y digo yo: ¿no sería mejor meterla en una granja a cuidar animales de sol a sol los dieciocho meses de condena? Está demostrado que la cárcel no rehabilita a casi nadie. Y este bicho cuando quede en libertad será la misma hija de puta que entró.