domingo, 29 de abril de 2018

La mierda que tiran los ricos con sus yates

Los fondeos de embarcaciones privadas en aguas de Baleares tienen un fuerte impacto en el medio ambiente desde hace muchos años. Y eso perjudica seriamente la posidonia que inunda el litoral del archipiélago. Hasta el punto de que hace unos meses los políticos de izquierdas de Mallorca elaboraron un decreto para proteger este ecosistema marino, convirtiéndose en la primera comunidad autónoma en hacerlo. Lo que yo me pregunto por qué no lo han hecho hace años (el mallorquín es lento de cojones). Unas islas donde el vertido de aguas residuales, que en época estival pueden estar arrojando como mínimo unos 200 millones de litros de agua al día, sobrepasando la capacidad de depuración y afectando de modo local y general a los ecosistemas más sensibles, siga todo igual. Y la cosa no acaba aquí. Tres emisarios submarinos que hay sobre la pradera de posidonia en la bahía de Palma, podrían haber afectado a seis millones de metros cuadrados de superficie de fanerógamas marinas, señala el informe editado en la Gaceta Náutica sobre este asunto en los últimos meses. Una cantidad que representa un 0,64% de la posidonia total existente en las islas y que es muy superior a la que resulta afectada por los fondeos. En Baleares existen seis platas desalinizadoras que vierten más de 15 millones de metros cúbicos al año de agua hipersalina, con una concentración de sales de casi el doble que la propia del mar mediterráneo en esta zona. En función de su sistema de vertido, se desplaza al fondo, impactando de forma severa sobre los ecosistemas más sensibles. Pero el peor enemigo de la posidonia en las Baleares es el fondeo de embarcaciones. Diversos estudios científicos demuestran que el fondeo sobre praderas de posidonia tiene un impacto negativo sobre las mismas. Si los políticos ya habrían prohibido los vertidos que día tras día se producen en el mar balear sin que se les haya puesto solución. Se ha comprobado que la pérdida anual de pradera de posidonia en las costas baleares es de 27.448 metros cuadrados, del total de 930 kilómetros cuadrados que existen actualmente en el archipiélago. El daño es irreparable, pero sí se puede parar si los políticos se suben los pantalones y ponen los cojones en la mesa. Debemos cuidar las islas como sea, es el futuro de las nuevas generaciones.