martes, 4 de septiembre de 2018

PROSTITUCIÓN

Siempre he oído decir que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo y por algo será. La prostitución es el oficio donde hay menos crisis. Porque el ser humano puede prescindir de todo menos del vicio. El oficio de la prostitución es como una funeraria: nunca hay crisis. Y el día que no exista (nunca pasará) los tíos violarán a las mujeres en cualquier sitio. Lo hacen ahora imagínense sin tener a una prostituta para desahogar sus más oscuros vicios. Muchos se estiran de los pelos con esto de la prostitución, pero ellos son los mejores clientes en la clandestinidad. Tenemos muchos ejemplos para demostrarlo, pero eso es otra historia. Yo nunca he ido de putas (es difícil creer que haya un tío que no haya ido), en primer lugar porque nunca lo he necesitado, y en segundo lugar porque me parece denigrante que una mujer se abra de piernas por dinero. Lo respeto, pero me parece denigrante. Y les aseguro, y no me equivoco, que el setenta por ciento de las prostitutas ejercen porque no les gusta trabajar. Una vez me invitó un productor de cine madrileño, otra un empresario menorquín, y la tercera y última un empresario pollensí. Son las únicas tres veces que he estado más cerca de tirarme a una puta. Cara, por cierto. Ninguna de las tres veces pude hacerlo por cuestión de principios. Y no se trata de ser guapo o feo; conozco un presentador de televisión muy guapo y casado con hijos, que cada semana tiene que ir de putas. Se trata de una necesidad fisiológica y en muchos casos psicológica. El ejemplo está en mi amigo presentador, que estando casado con una mujer guapa se va de putas a menudo. Y solo tiene que sonreír para tener la mujer que quiera, pero va de putas. Un amigo y yo lo hemos acompañado muchas veces a puticlubs de Madrid. Otro amigo, productor de cine importante, iba de putas (falleció hace años) y las insultaba y humillaba. Yo dejé de ir con él porque no me gustaba su actitud. Estaba casado con una cantante de buen ver y muy famosa, pero iba de putas. Cuento esto porque el tema de la prostitución es muy delicado. A parte de que me parezca denigrante el ser puta, yo no estoy en contra y estoy convencido de que son necesarias en la sociedad, les guste o no a los beatos/as reaccionarios. Pero eso yo legalizaría la prostitución para seguridad de ellas y sus clientes. La prostitución necesita ser controlada por muchas razones. Las prostitutas tienen que estar reguladas y controladas para que su oficio sea serio y respetable (para quien sea respetable) dentro de unas normas establecidas. Ir en contra de la prostitución es absurdo y muy poco inteligente. E incluso tendrían que pasar mensualmente un control sanitario para la seguridad de sus clientes. Sé que todo esto suena a película de miedo, pero es una realidad aplastante. 


Fotograma de la película de Buñuel Belle de jour en donde una mujer casada trabaja de prostituta sin que su marido lo sepa.

MIQUEL BRUNET