domingo, 23 de mayo de 2021

Guía y Sanador Espiritual en Casa del Silencio.

Miguel Rebassa Real nació en Sineu, Mallorca, en 1974

Este texto ha sido grabado y esta transcrito tal cual: 

“Mi nombre es Miguel Rebassa y estoy en el mundo de la sanación. Todo empezó un día en que tuve un schok. Yo antes era una persona normal, mi vida transcurría entre el trabajo y mi casa. Pero mis relaciones con mi compañera no iban bien. Era maltratado psíquicamente y físicamente por ella. Los dos últimos años fueron terribles. No la denunciaba porque me quedé sin fuerzas físicas y mentales. Quizá era porque no le daba demasiada importancia a aquella violencia y, por otra parte, no quería llevar la situación al dramatismo. Lo que tenía claro es que aguantaba todo porque quería aguantarlo. Esos está claro. Pero yo no dejaba de pedir ayuda al Universo porque no veía salida a aquella situación. Al final  me hizo caso, porque un día ella me llamó requiriendo mi presencia en casa. Y cuando entre en la cocina me encontré con un plato de arroz enorme. Yo no tenía hambre y le dije que no podíamos continuar con la relación, que teníamos que cortar antes de que pasara algo grave. En ese momento ella enloqueció y empezó a tirarme cuchillos de cocina, que pocos días antes había comprado en IKEA. Yo escapé resguardándome de los cuchillos y salí al exterior. Cuando me giré la vi abalanzarse contra mí con un cuchillo a cada mano. En ese momento me quedé en schok, y al mismo tiempo me dio un sentimiento de algo, como si algo me invadiera, algo que me hacía estar inquieto, algo que me paralizaba. Y cuando la tuve encima a punto de apuñalarme, cerré los ojos y sentí una espiral que me salió del primer chacra, que me salió de las caderas para arriba. Eso me hizo sentir un estado de paz como nunca antes. Sentía alegría, mucha alegría, un desborde de alegría. En mi interior había nacido la alegría kundalini introduciéndome en un estado místico. A partir de ese momento mi vida cambió. De ser una persona normal, con sus problemas cotidianos, a ser una persona totalmente liberada, sin ninguna atadura. Allí, delante de mi casa me liberé de todo. Y la verdad es que mi compañera no llegó a clavarme ninguno de los cuchillos, pero el schok sí que lo experimenté. Era feliz. La primera sensación que tuve es que los colores me parecían diferentes, y dentro de mí tenía unas ganas de vivir terribles. Mi compañera se quedó boquiabierta mirando mi transformación, no se lo podía creer. Fue tal el cambio que había visto en mí que se metió en la casa y se intentó suicidar. Tuve que ser yo la que la disuadiera de hacerlo. En ese mismo momento a un primo mío se le quemaba un restaurante que tenía en Palma y que se llamaba Infierno. Me lo dijo por el móvil. Eso ocurría el 7 de julio del 2007. Yo tenía 33 años como Jesucristo. Al cabo de tres días del suceso volví a mi casa porque sabía que ella se había ido definitivamente, y me encontré con una serpiente al lado del fogón donde ella cocinaba. Aquella visión me conmocionó. Era otra señal de la energía kundalini, que es la serpiente. Seis meses después del acontecimiento me tuve que ir a la India a buscar explicaciones, descubrir lo que me había ocurrido. Allí me encontré con gente como yo, que se había desprendido de todo mentalmente, los renunciantes, los adus, los babas. Cuando hablaba con ellos me trataban favorablemente, se sentían a gusto hablando conmigo. Y allí entré en una espiral dando de comer a los niños. Quería dar, dar, y se me abrió un portal de energía abriéndome la conciencia de ese espacio. Así estuve varios meses, y de vuelta a Mallorca, abrí mi casa y empecé a recibir la personas, a curarlas, Cuando traspasaban la puerta ya se liberaban, sentía la energía que yo emanaba. Era algo mágico que ocurría cada día, en cada momento. La gente tenía visiones místicas a mi lado, les pasaban cosas… Así estuve tres años y medio, que fue cuando empecé a recorrer el mundo contando mi experiencia. Al cabo de los años volví de nuevo a la isla a abrir mi casa para ejercer la sanación con mi imposición de manos. Estas experiencias me desgastaron mucho. Al cabo de un tiempo me sentí mal y caí al suelo de repente. Sentí que tenía algo dentro de mí que tenía que salir y viví como una segunda muerte. Fue entonces cuando apareció una mujer y me dijo que no estaba bien y que tenía que sacarme de mi casa. Me llevó a una ermita de Bon Ain donde pude entrar y salir de mi cuerpo con mucho dolor. Yo pedía al Universo que me llevara para acabar con el dolor. La tercera noche me entregué dispuesto a irme definitivamente. Pero fue entonces cuando vi una unión con el universo que me salvó. Al día siguiente estaba perfecto, me había desprendido de toda vibración. Llamé telepáticamente a mis hermanos, porque no tenía móvil, y les pedí que vinieran a buscarme. Me llevaron al hospital. Me hicieron pruebas, me vieron psiquiatras, y al final me dijeron que estaba bien y que tenía mi mente más amueblada de todos los que estaban por ahí fuera. De nuevo abrí mi casa para la sanación. Y vino un señor que me invitó a ir a una ermita para meditar. La sorpresa fue que cuando llegamos a la ermita nos salió al paso el sacristán para decirnos que hacía unas horas el Cristo se había prendido fuego. Me quedé impresionado porque hacía dos meses que yo había muerto y renacido. El Cristo había ardido por el sufrimiento. Aquello fue una señal. Pero aquí no termina la historia. Al cabo de un mes volví a la ermita y el sacristán se asustó al verme y me dijo que la noche anterior un rayo había quemado toda la instalación eléctrica. Aquello me liberó del todo. Desde el 2007 no genero dolor. Mi mente está en silencio. Aún hoy estoy investigando y documentando mi fenómeno con gente de Brasil, una historia conmovedora que nos adentra en lo paranormal y surreal. Ahora soy guía espiritual. La gente sigue viniendo a mí para que yo los conduzca a su paz interior.”

Toni de la Mata y Miquel Martorell


Siempre que veo una escultura de Toni de la Mata me sorprende. Su creatividad es inacabable, pero lo que más me gusta de él es ese sentido de lo actual, de lo que le rodea, que no lo deja insípido como hace con otros artistas que no dejan de copiar o hacer refritos. La obra de la Mata estimula y empuja a crear obras diferentes y siempre modernas. Los sentimientos, pensamientos y sensaciones, tanto buenos como malos, se transforman con el artista en comunicación que queda grabada en la memoria del visitante, impactándolo, La innovación constante del artista nos hace vivir el momento actual, a veces, con una crudeza artística que da pie a la creación de movimientos nuevos y estimulantes en un mundo artístico donde el proyector e Internet han sustituido a los pinceles y al talento. Hablo de la obra de Toni de la Mata porque anoche estuve en una colectiva (la primera salida oficial desde el 7 de diciembre de 2019) en la Galería Can Boni de Palma de Mallorca, donde él exponía dos obras. Por cierto, más del 50% de los asistentes (unas 100 personas) iban sin mascarillas y nos respetaban ningún tipo de distancia. Lamentable la poca responsabilidad de la gente. Yo entré un momento en la galería, vi las esculturas de Toni de la Mata y las pinturas de Miquel Martorell, y sali a la calle de donde ya no me moví.


Miquel Martorell es otra rareza de artista en la isla de la calma, que ahora ya no hay tanta calma y somos de los primeros en Europa en consumición de cocaina. Digo rareza, porque es un pintor que no utiliza proyector ni Internet para crear su obra, sino que dibuja y pinta. Martorell es tan diferente a todos los demás, que no hay otro en Mallorca. Su pintura, que se inspira en el romanticismo naturalista, es diferente a todas de su estilo. Porque a diferencia de otros pintores, Martorell imprime a su obra algo muy personal e intransferible que poseen los elegidos. Su buen dibujo predomina y sus colores son únicos.