jueves, 17 de octubre de 2024

EL COLECCIONISTA DE POTS DE FARMACIA VIERNES 18 TEATRE MAR I TERRA


 Hace muchos años que decidí no hacer teatro en Mallorca por su inutilidad, pero he vuelto a caer. Esta vez gracias a la colaboración del ayuntamiento de Palma. Mañana viernes 18 estreno en el Teatre Mar i Terra El coleccionista de pots de farmacia. Esta obra la escribí varios años después de ver  5 horas con Mario en Madrid. Libro maravilloso y obra de teatro soporífera que triunfó porque coincidieron una serie de cosas. Ahora no irían a verla ni para ponerla a parir. Pero cuando yo la soporte pensé que ertepodía hacer una inteligente coña, y la hice. Aquí está. La estreno mañana a las 20.00 horas en el Teatre Mar i Terra. Por otra parte, tengo el inmenso placer de haber dirigido a mi hijo que ha nacido artista sin más, eso tan escaso hoy en día.

domingo, 22 de septiembre de 2024

LA BOLA DE CRISTAL

 Estoy viendo en la 1 como hablan de La bola de Cristal y me trae buenos recuerdos. Mis principios en Madrid como actor. Yo hice un papel en La bola de Cristal. Mi papel era el de Jhon Voight en Midnight Cowboy, y mis escenas las tenía con quique san francisco, que ya en aquel tiempo ya fumaba porro tras porro. Era un actor muy natural, lo hacía como si cualquier cosa, y era amable con todos, incluso conmigo. Durante los 3 días que actúe con él nos reímos mucho. Me decía: tú, con la pinta de americano guapo que eres, vas romper. El problema en mí es que también me gustaba mucho la juerga antes que el trabajo de actor. También tuve ocasión de conocer a alaska, que era distante y que se mantenía con una tostada con no sé qué y un té. No podía comer porque tenía tendencia a engordar. Nunca me vi en la caja tonta. 

Javier Bardem, un actor que vale la pena.

 Vi a Javier Bardem por la televisión agradeciendo el premio que le dieron en el Festival de Cine de San Sebastián y estuvo muy bien y, como siempre, se mojó, cosa extraña entre los actores y actrices en España. No sé porque debe de ser que los actores españoles no hablan de política. Bueno, claro que lo sé: tienen que trabajar con todo el mundo, sea quien sea mientras les pague. En la excelente película Birdman, del director mejicano Iñaritu, hay una escena de 2 actrices en un camerino. Una llora desconsolada, y la otra la ayuda a reponerse. En un momento dado, la que la calma se ríe y le dice: pero si las actrices no tenemos autoestima. Esa afirmación es evidente y se puede comprobar en cualquier entrevista a cualquier actor. Todo es maravilloso, todos los actores, todo el equipo, hasta los extras son maravillosos, dicen ellos.. Hay que trabajar, y si hay que morderse la lengua, se muerde. Woody Hallen deja bastante mal a los actores. Alfredo Landa decía que si eras actor en España no podías rechazar nada. Pero Javier Bardem (como también es Alberto San Juan y Penélope Cruz) es diferente a los demás, por eso cae mal a muchos retrógrados que pululan por este país. Él dice lo que piensa, siempre defendiendo los derechos humanos, igual que su hermano Carlos, y le importa un rábano a quien no le guste. Y así debería ser cuando uno defiende a los necesitados, a los desprotegidos. Me enorgullezco de que Bardem sea español en una sociedad española que deje mucho que desear. Otro día hablaremos de lo buen actor que es.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Jimmy Giménez-Arnau, rebelde con causa.

Yo me encontré 3 veces con Jimmy. La primera en una especie de oficina en el Paseo Marítimo de Palma, la segunda en el Bar Cristal, y la tercera en un especie de canal de televisión que había montado en el puerto de Andratx. En aquel tiempo yo era conocido en la isla por mis pelis y obras de teatro y él quería hacerme una entrevista a mí y a Beatriz Barón, mi mujer. No tuve inconveniente porque me había leído el libro Mi vida entre los Franco y me había encantado, como buen antifranquista que soy. También leía Carne Cruda, una columna o una colaboración, no me acuerdo, en la Última Hora de Palma. Las dos primeras veces nos vimos para hablar de la entrevista pero en realidad fue de lo que menos hablamos. Era una persona bastante culta e inteligente y ponía a parir a los mallorquines como lo hizo años atrás George Sand. Pero por una serie de circunstancia que no vienen a cuento, vivía en la isla. En definitiva, me fui a Andratx con Beatriz y la verdad fue toda una aventura. En primer lugar él no estaba y nos atendió una simpática chica que nos dijo que no sabía cuando aparecería Jimmy. Nos invitó a tomar un refresco en un bar cerca. En ese bar estuvimos 1 larga hora hasta que apareció quejándose de no sé qué y pidiéndonos disculpas. Como ya eran las 2 nos invitó a almorzar un arroz de bogabante en el mismo puerto. A la comida se añadieron 2 bonitas chicas de unos 30 años que no hablaron mucho. En la comida se habló sobre todo de la política, de la prensa del corazón, y de los taraos que había en España. Luego fuimos a a una terraza de un chalet para la entrevista. Parecía que todo iba bien cuando un señor de unos 40 años dijo que tenían un problema técnico. Estuvimos 1 hora más esperando en aquella terraza viendo a Jimmy ir de un sitio a otro. Un joven nos hizo una serie de fotografías con él. A las 5 parecía que todo estaba arreglado y se hizo la entrevista donde pude poner a parir al que se lo merecía (en aquel tiempo yo era así de déspota). A él le encantó la entrevista y ahí se acabó la historia. No sé si la entrevista se pasó o no, pero nunca más volví a ver a Jimmy en persona. Meses después le dejé en su oficina el texto de mi obra Los comediantes de la vida para que me diera su opinión. Me importaba tener la opinión de un tipo al que consideraba inteligente y diferente a los demás. Le gustó mucho y me dijo que lo que tenía que hacer era irme volando a Madrid y olvidarme de Mallorca. Nunca más supe de él. Yo creo que Jimmy era un tío cojonudo, lo que su forma de ser tan histriónica le impedía llegar a los demás. Hasta que no te sentabas con él pensabas que era un gilipollas, pero en cuanto lo hacías te dabas cuenta enseguida de que era un hombre que valía la pena.

martes, 17 de septiembre de 2024

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE de Irwin Shaw.

Para muchos millones de españoles las navidades de 1975 fueron las más felices de su vida porque había muerto el dictador enano y de voz aflautada, como lo llamaba mi padre. Entonces tenía yo 23 años y me importaba un huevo Franco y los que le seguían. En ese momento estaba leyendo “Hombre rico, hombre pobre” de Irwin Shaw, un escritor interesante del que ya había leído “El baile de los malditos”. Luis Garrido Saiz, mi padre, despotricó toda la vida de Franco porque decía que era un hijo de puta que fusiló a media España por no pensar como él. Nació en Cuenca y a los 17 años se afilió a la FAI (partido anarquista), porque era un anticonformista, actitud que le ocasionó algunos problemas, sobre todo a su padre, mi abuelo, que tenía que pagar multas de 50 pesetas (una pequeña fortuna para la época), la mayoría por no querer cantar “Cara al Sol”, como se solía hacer en cualquier acto. Al estallar la guerra mi padre no dudó en alistarse en el bando republicano y fue destinado a un cuartel de Madrid a hacer prácticas. Allí pasó tres meses preparándose para ir a primera línea, que sería Toledo. Pero allí no pegó tiros porque un sargento amigo de su padre lo colocó en retaguardia. A los seis meses lo trasladaron a Castilla donde lo cogieron preso junto con otros compañeros. Pasó una semana en el sótano del ayuntamiento (no se acuerda del nombre) de un pueblo a base de pan y agua. El lunes por la noche los llevaron detrás de la iglesia para fusilarlos. Pero otra vez le sonrió la suerte y un capitán, hijo del dueño de una granja de vacas, que normalmente contrataba los carros de Eleuterio (padre de Luis y mi abuelo), se lo llevó al ayuntamiento donde pasó dos noches en el sótano vacío. A la tercera noche dos soldados lo fueron a buscar y lo metieron en una camioneta para dejarlo en medio del bosque. Le dieron un pan, tocino, queso y vino. Al cabo de tres días caminando campo a través se reincorporó a una compañía de republicanos que iban hacia el Ebro. Pero él nunca llega al Ebro porque se unió a una compañía de anarquistas que se cruzaron. Durante el año siguiente estuvo haciendo la guerra (como se suele decir) de un lado a otro, de pueblo en pueblo, que más que guerra era sobrevivir esperando que terminara aquel conflicto. En un encontronazo con un grupo de nacionales el sargento de su compañía fue abatido y le nombraron sargento a él, que ya era cabo primera. Pocas semanas después su compañía se unió a otra republicana, en la que no había muy buen ambiente. El único capitán que quedaba ascendió a mi padre a teniente. Los nacionales cercaban cada vez más a los republicanos y ellos lo sabían. Por eso, después de tres meses huyendo hacia ninguna parte, e intuyendo que aquello se terminaba, la compañía se disolvió. Mi padre volvió a Cuenca, pero el mismo día de su llegada, mi abuelo lo acompañó por la noche al bosque para que se fuera, que en el pueblo, por haber sido de la FAI, lo meterían en prisión o lo fusilarían sin juicio alguno. Mi padre se fue a Barcelona con un papel en el bolsillo en el que había escrito el nombre de un familiar que trabajaba de enfermero en el Hospital Clínic. Él le ayudaría a escapara Francia. Se fue caminando por bosques y campos hasta que se subió a un tren de mercancías que lo llevó a Barcelona. En la Ciudad Condal todo el mundo huía por la inminente llegada de los nacionales a la ciudad. Era un caos. Mi padre consiguió llegar al hospital pero el familiar ya había huido. Una enfermera le dijo que lo más práctico era irse a la Estación de Francia e intentar subirse en algún tren. Así lo hizo, y después de tres días y tres noches durmiendo en un banco de la estación, consiguió subir a un tren que lo llevaría a Francia. Allí ya los esperaba el ejército francés para meterlos en el campo de refugiados Argeles, que no era un campo de exterminio pero si se moría la gente de hambre y de enfermedades. No había ni lavabos, la gente meaba y defecaba en la playa. Aquello era un infierno, contaba mi padre. Cada día se moría gente de enfermedad o hambre. Y nadie escapaba porque no había a dónde ir. A los dos meses de sobrevivir en el campo de refugiados se apuntó a la JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles), y al ser teniente, le dieron la opción de subirse a un barco que iba a México. A mi padre no le fue bien y optó por cruzar los Pirineos con un grupo de oficiales republicanos. JARE les facilitó la salida de Argeles. Tardaron tres semanas en pisar España, y en el transcurso del camino murieron dos compañeros. Mi padre volvió a Cuenca gracias a los trenes de mercancías. De nuevo en Cuenca, ya tomada por los nacionales, mi padre pasó encerrado en las caballerizas de mi abuelo un mese por miedo a las represalias que se estaban cometiendo en el pueblo. Encarcelaban o fusilaban a todos los rojos, como decían ellos. Mi abuelo, a pesar de ser carretero, tenía muy buenas amistades en el pueblo ya que trabajaba con sus tres carros para ellos. Era un hombre apolítico y muy recto al que sus hijos lo trataban de usted, y en Cuenca era respetado por todos. Una de esas amistades era el alcalde del ayuntamiento, falangista para más señas. El hombre le aconsejó a mi abuelo, que Luis, su hijo, se entregara antes de que fueran a buscarlo para fusilarlo. El alcalde le haría un salvoconducto para que no le pasara nada. Mi abuelo aceptó. El mismo día que tuvo el salvoconducto mi padre se marchó en tren a la capital. Y en la capital se presento en un Ministerio (no recuerda cual) y preguntó por la persona que le había dicho el alcalde. No hubo ningún problema y en dos días tenía los papeles arreglados y empezaba de nuevo el servicio militar destinado en Mallorca que duraría tres años. Mi padre fue un pequeño empresario y tuvo empleados, pero nunca dejó de ser republicano, defendió los derechos humanos, y no dejó de despotricar contra Franco.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Leonor, Federica y los monárquicos.

Leonor: los secretos de su éxito. Esto dice la portada de la revista Pronto. Me encantaría que alguien me dijera el secreto de esta moza que no ha hecho nada en su vida productivo más que marear la perdíz por la Zarzuela o por las bases del ejército. ¿Cual es el secreto de su éxito? Por otra parte, ¿éxito de qué? ¿Por haber tenido la suerte o la desgracia de ser hija de reyes?, ¿por salir en la revistas del corazón?, ¿por ser admirada y vitoreada por unos tontos e ignorantes que se autoproclaman monárquicos? Yo conozco a muchos chachapobres monárquicos, y también trabajadores monárquicos, y la verdad es que son una pobre gente que no tienen nada en la vida más que la cena del mes con los monárquicos. Ah, y luego los viajes que hacen cada dos o tres meses juntitos. Lamentable. Huelga decir que todo es gente mayor, la mayoría heredera del franquismo, exceptuando a algunos jóvenes perdidos. Yo tengo muy mal concepto de la gente, siempre lo he tenido, pero los monárquicos se llevan la palma de oro. Felipe VI que me cae bien, los que me irritan son los monárquicos. ¿Qué cerebro tiene que tener una persona para ser monárquico? ¿Qué es ser monárquico? ¿Dejar que te engañen? ¿Mantener a una numerosa familia a cuerpo de rey, nunca mejor dicho, mientras que tu te rompes los cuernos para llegar a fin de mes o te mueres en un hospital en un cuarto con dos enfermos más? ¿Eso es ser monárquico? Yo no soy monárquico, pero no los pongo a parir porque no tengo donde caerme muerto, no, no soy monárquico porque no soy tonto. Gracias a Dios me ha ido muy bien en la vida, mucho mejor que a muchos monárquicos, O sea que no es un tema de rabia ni envidia, es un tema de coherencia. Pero mientras que haya acomplejados personajes como Pablo Motos que entrevisten a cosas como la Federica, estamos perdidos. Eso también lo digo. Todo el mundo se debería leer la obra de Valle Inclán Luces de bohemia. (Los monárquicos que no sepan quién este señor, que escriban su nombre en Google.)

lunes, 2 de septiembre de 2024

ÓPTICA FLORIDA, haciendo clientes.

Hoy en día si te mueves por ahí es raro que no te pase nada, debido a la cantidad de tontos o tontos que van de listos, que hay por ahí. Hoy le toca el turno a ÓPTICA FLORIDA de carrer dels Oms, 17 de Palma. Un negocio por el que paso a menudo ya que está en una calle céntrica. Hace poco más de 1 años vi una oferta y encargué unas gafas. Me atendió un chico muy simpático, pero las primera gafas que me hicieron jodieron la montura, por lo que me hicieron otras nuevas solo pagando la montura, unos cien euros. Un fallo lo puede tener cualquiera. Vale, dije, y me marché. Ahora, casi 2 años después, el cristal de las gafas se ha agrietado y he ido de nuevo a la óptica. Tengo que decir que en esta óptica es donde he visto más empleados diferentes. En este tiempo quizá haya visto a 20 o 30. Me he fijado pasando por delante ya que el establecimiento no tienen puertas. Pues bien, hoy he ido porque me han llamado por teléfono y me han dicho que podía pasar por la óptica. Cuando he llegado me han leído este papel que he colgado que dice más o menos que aunque la gafa aún este en garantía, no se hacen cargo de ella porque el fallo está en que los cristales han sido manipulados mal, exactamente lo mismo que me pasó con la primera gafa. O sea, que Óptica Florida me vende unas gafa y luego, al cabo de un tiempo me dice que las gafas se han hecho mal y que no se hacen cargo. Ahora bien, tienen conmigo el detalle de que si me hago de nuevo las gafas solo me cobran la mitad: 150 euros. Esto lo escribes en una novela y el lector no se lo cree. O sea que una óptica te hace unas gafas y luego te dice que estas gafas están mal hechas. ¡Fantástico!

domingo, 18 de agosto de 2024

EL BESO DE LA MUJER ARAÑA de Manuel Puig.


Toda mi vida he escrito en las solapas de los libros lo que me sucede cuando leo un libro. Podría escribir mi vida a través de los libros que he leído. El de Manuel Puig lo empecé a leer el 12 de enero de 1977.

Empecé a leer El beso de la mujer araña, la segunda novela de Manuel Puig. La primera había sido Boquitas pintadas, y me había gustado su forma de escribir. En ese tiempo recuerdo que había visto la película El Zorro con Alain Delon en una coproducción en la que participaba España con Andrés Vicente Gómez. No sé cómo cayó en mis manos una entrevista del astro francés en la que decía que él se movía por las historias, no por el dinero. Que estaba dispuesto a participar en una película a tanto por ciento de taquilla. Yo me quedé con eso y al cabo de unos meses me dispuse a intentar localizar al francés. Lo primero que hice fue llamar a la productora de Andrés Vivente Gómez y decir que quería darle un papel de protagonista en mi próxima película a Alain Delon. Me inventé una productora y la secretaria que me atendió picó. Me dio el número de teléfono de su representante que no recuerdo su nombre. Yo no sabía francés pero me daba igual. Llame a Francia solo 1 vez y me atendió el mismísimo representante de Delon que además sabía español. Me presenté como el guionista y director de la película Las últimas sonrisas, Él, muy simpático, me dijo que lo primero era que le mandara el guión y que luego me llamaría. Me preguntó que productora era, y le dije que era una nueva de gente joven. Eso le hizo gracia. Cuando colgué me olvidé del tema porque estaba convencido de que saldría mal. Pasó 1 mes, 2, 3 y yo ya estaba en otra cosa. Pero al cuarto mes el representante me llamó. No podía creérmelo. El guión le había gustado mucho al señor Delon y quería hacerlo. Entonces me preguntó cuánto dinero había. Yo le dije que el justo para rodarla pero no para pagar a una estrella como su representado. Había pensado que podría ir a participación, le dije. Se enfrió de repente y me dijo que se lo propondría a su representado. Me olvidé de nuevo. Paso 1 mes, 2 y al tercer mes me llamó de nuevo (siempre llamaba al mediodía justo cuando yo estaba comiendo) y me dijo que Alain Delon había aceptado entrar en producción. Quería no sé cuanto en participación y la distribución en Francia. No podía creérmelo, era imposible que me estuviera pasando a mí. A partir de entonces pensé que yo podría conseguir todo lo que quisiera, porque conseguir a Alain Delon sin tener nada, era muy fuerte. De acuerdo, le dije. Bueno, pues arreglaré los papeles para el contrato, me dijo, y añadio: tienes que mandarme los datos fiscales de la productora. Muy bien, le dije pensando que no tendría ningún problema en encontrar un productora con Alain Delon. El representante siguió hablando: Bien, el señor Delon podría rodar la película dentro de tres años. En ese momento mi corazón se paralizó. ¿Tres años esperando a Alain Delon? Ahora lo que viene muchos no se lo creerán, pero el que me conoce bien, se lo hará sin dudarlo. ¿Tres años? No podemos esperar tres años. Un año vale, pero tres. El señor Delon tiene películas los próximos 3 años. Pues nada, lo dejamos, le dije sin pensarlo. Lo siento, es lo que hay. Me despedí educadamente y colgué el auricular. Fue una equivocación enorme que nunca me he perdonado. Ahora, me llama Brad Pitt y me dice que tengo que esperar 5 años para rodar con él, le digo encantado que si. Pero con 34 años yo era un ignorante con mucho talento y fuerza, con el problema de no saber canalizarlos. No me enteraba de la misa la mitad e iba por la vida de gilipollas integral. Cuando no hay, no busques, me decía mi madre hablando de mí. ¡Cuánta razón tenía la mujer! Estas lineas las he escrito porque ayer se fue Alain Delon, un actor que formo parte de la vida de los de mi generación (1952), los que vivíamos en el cortijo del enano de Franco, donde la única forma de escape era el cine. Entrábamos en aquella salas para olvidarnos de la realidad., y el guapo de Delon estaba ahí mirándonos como él solo sabía mirar.

domingo, 4 de agosto de 2024

COSECHA ROJA de Dashiel Hammett

Toda mi vida he escrito en las solapas de los libros lo que me sucede cuando leo un libro. Podría escribir mi vida a través de los libros que he leído. El de Hammett lo empecé a leer el 7 de agosto de 1972 al terminar la mili.

Leyendo “Cosecha Roja” de Dashiel Hammett, la primera novela de este autor americano de serie negra, que antes de escribir fue detective privado, empezó una nueva etapa de mi vida que cambiaría totalmente mi forma de pensar. El estilo de Hammett, también guionista de Hollywood y famoso borracho, me cautivó por su sintetismo, sus frases breves y sus diálogos concisos y cinematográficos. Fue todo un descubrimiento. Acaba de terminar la mili con un mal sabor de boca y preguntándome para qué coño servían los militares, aparte de beber y cobrar buenos sueldos. Me encontré de nuevo en mi casa sin ganas de volver a mi vida loca de antes. Tenía 21 años y solo tenía claro una cosa: quería ser actor. Pero el problema es que vivía en una isla llena de hoteles, restaurantes, discotecas y suecas, donde no había sitio para la Cultura. Fue mi madre la que me sacó de aquella especie de permanente resaca diciéndome que en el Auditórium de Palma habían puesto una escuela de Arte Dramático. Vi el cielo abierto. Sin pensármelo fui a las oficinas del Auditórium para matricularme y me dijeron, después de previo pago (mi madre me había dado dinero), que podía empezar al día siguiente. Y allí estaba yo al día siguiente, a las tres y media de la tarde, enfrente del Auditórium, después de haber dejado mi 600 en el aparcamiento. Hasta aquí bien. Pero subir al quinto piso, donde había un pequeño teatro en el que se impartían las clases, fue otro cantar. Llegué a las tres y media y conseguí entrar en el teatro a las cinco, después de haber superado mi terrible timidez y vergüenza. Lo pasé bastante mal dando vueltas como un tonto por el Paseo Marítimo. Cuando entré en el pequeño teatro nadie me hizo caso, por lo que me senté en la última fila de butacas. Había como doce filas. Unos quince alumnos estaban haciendo un ejercicio de respiración sobre el escenario. Eran dirigidos por un señor de unos sesenta años, de piel bronceada, con perilla blanca y calvo. Desde el principio Trino Trives me fascinó, no tenía nada qué ver con el brigada Guiscafré, mi primer director de teatro. Era de estatura media y vestía con sencillez aunque su clase era evidente. Cuando terminó el ejercicio me hizo una señal de que me acercara y me dijo, sin previo aviso, que subiera al escenario y me presentará. Lo hice con un hilo de voz. ¿Por qué quieres ser actor? me preguntó. Siempre lo he querido ser, le contesté sin pensármelo. ¿Sabes quién es Stanislavski? No, no lo sabes. Pues el método que yo imparto es lo que se llama Método Stanislavski. Puedes bajar del escenario, me dijo aquel señor de un tirón sin un ápice de calor. Volví a sentarme con un sentido terrible de ridículo sin saber por qué. Pero lo peor fue que al cabo de una hora le pregunté si podía ir a hacer de vientre. La carcajada fue general. ¿Quieres decir que tienes ganas de cagar. Sí, anda, ve al baño, me dijo condescendiente. Me tiré como media hora en el baño intentando no correr escaleras abajo sin utilizar el ascensor. Me habían ridiculizado, humillado, despreciado. Pero no lo hice, me tragué la mierda y volví al teatro con la cara bien alta y mirándolos a los ojos. Estuve tres años estudiando un promedio de ocho horas diarias de lunes a viernes. En ese tiempo descubrí lo ignorante e inculto que era. Entonces me di cuenta del mucho tiempo que había perdido y decidí ponerme al día con Valle Inclán, Lorca, Ionesco, Molière, Shakespeare, Ibsen, Chejóv, Miller, Picasso… Descubrí un mundo maravilloso que cambiaría mi vida para siempre. Después de la novela de Hammett leí un libro que me recomendó Trives: Preparación del actor de Konstantin Stanislavski, un ruso genial que revolucionó la interpretación en el mundo. Su método llegó a America en 1947 con la creación del Actors Studios, donde se formaron actores como Paul Newman, James Deen, Marilyn Monroe y Marlon Brandon. Me mente se empezó a abrir.

viernes, 2 de agosto de 2024

YO NO VEO CINE ESPAÑOL

 Creo que yo puedo hablar del cine español, no juzgarlo, por supuesto. No me gustan los que juzgan, y menos los jueces. Pero hablar sí que se puede hablar ya que estamos en una democracia y porque yo también pago junto a millones de españoles el cine español. Y antes de decir porque voy a hablar de lo que voy hablar, tengo que decir que casi me he visto todo el cine español que existe. Por ejemplo veo Historia de Nuestro Cine y Versión Española en la tele todas las semanas. Y también las que hacen fuera de estos programas.  Bueno, veo, lo intento porque las películas suelen ser muy malas. Y esto que acabo de decir me respaldan muchos años de oír decir a la gente: YO NO VEO CINE ESPAÑOL. Y digo yo que será por algo que siempre hayan dicho esto. Es más, actualmente se hacen casi 200 películas cada año, y solo se estrenan unas 40, y de esas 40, 5 o 6 son éxitos. Las demás recuperan el dinero con la subvención. Esto es la realidad, hay muchos productores que viven de subvenciones. ¿Pero por qué digo esto? Lo digo porque yo cuando oía decir eso de si es española no voy, yo sí iba. Yo me las tragaba todas. Y decía ya en aquel tiempo: qué malos guionistas. Y ahora hago lo mismo. Digo esto porque el otro día oí en televisión despotricar de Mariano Ozores, un director de cine que hizo muy malas películas igual como se hacen ahora, con la única diferencia que ahora las hacen con mucho más dinero. Y otra diferencia muy importante. las películas del señor Ozores daban dinero por un tubo, las que se hacen ahora son una ruina. Ahora estoy escribiendo esto y oigo de fondo a María Barranco tener un orgasmo que no viene a cuento, y no hace mucho he oído decir a Quique San Francisco que las mujeres nos tienen cogidos de las pelotas por el agujerito que tienen. La película, que se titula El BAILE DEL PATO es nefasta y ordinaria de no sé qué director que no debe de dejar de hacer cine basura. Creo que España ha ganado mucho técnicamente en el cine, mucho, pero en cuanto a escribir guiones somos igual de malos, o casi igual, que con Franco. Quitando los guiones de Berlanga, Amenabar, Bardem, Almodovar, Alex de la Iglesia, y 4 más, los demás son basura. Ahora, después de haber visto tanto cine español, entiendo porque la gente se negaba a ira a verlo. Y aún se niegan, exceptuando al único director que puede competir con Ozores en la taquilla, Santiago Segura. Recuerdo una recogida de premios en la que Segura dijo que el cine español iba muy bien gracias a su cine. ¡Cuánta razón tenía y tiene! Actualmente con las plataformas se le ha dado mucho trabajo a guionistas que se puede comprobar con lo que hacen que ni siquiera saben copiar. Porque ahora los actuales guionistas copian, no crean. 

viernes, 26 de julio de 2024

PREMIO NACIONAL DE TAUROMAQUIA 2

Desde que se inventó Facebook, que ya ni lo recuerdo, nunca me habían censurado ninguno de los escritos que cuelgo, y ahora me acaban de censurar uno normalísimo en el que hablo del Premio Nacional de tauromaquia. Un artículo en el que no me meto con nadie en especial (lo hubiera podido hacer, yo no tengo problema), simplemente digo que estoy a favor de que quitaran este lamentable premio que es un símbolo del franquismo, nada más. (Es muchísimo peor el Media Mark y Facebook lo permitió.) Y esto, por lo visto le ha molestado a alguien, vete tú a saber si es una máquina con inteligencia artificial que es amante de los toros. Cuando me paseo por Facebook veo a muchos fachas, en incluso nazis, que tienen su página y sueltan su basura. También veo indeseables que escriben cosas que no son muy edificantes, e incluso tías que ofrecen sus servicios, etcétera, etcétera. Y después de está basura que se pasea por Facebook me censuran a mí un texto en el que me manifiesto en contra de un premio a la tauromaquia, manda cojones. ¿Cómo se come esto después de tantos años en Facebook?  Bueno, seguramente también me censurarán este texto. Por cierto, he protestado y me han dicho que en tres días me dirán cosas. Estoy impaciente por saber qué cosas.