“Dios me ha seducido y me he
enamorado”, ha dicho en una entrevista, que ocupa toda una página y en la
portada del mismo periódico, una novicia de 18 años que ingresó en un convento
de clausura de Palma. Con estas noticias yo alucino. Una monja de clausura que
se sobrentiende que su vida va a ser la soledad y el anonimato sale en la
prensa diciendo que está enamorada de Dios. A los 18 años hacemos muchas
locuras, pero esta se lleva la palma: una monja de clausura diciendo en la
prensa que está enamorada de Dios. Pero ya es locura consagrarse a Dios física
y mentalmente y encerrarse de por vida en un convento, habiendo los millones
que hay de pobres y necesitados en el mundo. Lo que está claro que a esta joven
monja le encanta la notoriedad porque de lo contrario no saldría en el periódico
diciendo de quién está enamorada. ¡Con la gente que hay necesitada de ayuda! ¡Dios
nos coja confesados!