Febrero y marzo han sido meses movidos para mí, y no hablo de la terrible guerra que se está produciendo. Por cierto, si alguien conoce a algún asesino a sueldo para cargarse a Putí, yo participo en el costo del trabajo. No se mataron a los Kenedy y a Lutero King y eran buena gente, pues ¿por qué no matan a este que es un bicho genocida? De verdad es que no entiendo el ser humano, es superior a mís fuerzas. A lo mejor es que soy más tonto de lo que creo porque no consigo entender las atrocidades que veo. ¿Por que hijos de Putin gozan de una salud maravillosa y gente buena, como mi amigo Pedro, una bellísima persona donde las haya, se está quedando ciego? ¿Por qué hace una semana se murió Miqueleto, un amigo de infancia muy buen tío, a la edad de 60 años? Es incomprensible que personajes patéticos y cabrones como Putin, Franco, Pinochet hayan vivido tantos años jodiendo a la gente en perfecto estado de salud. ¿Quién explica eso? En fin... febrero y marzo han sido movidos para mí porque he ensayado una obra de teatro en Madrid, EL REY QUE CAZABA ELEFANTES y se ha presentado mi última novela editada por Cosecha Negra, FUNAMBULISTAS SIN RED. Y en marzo, hoy viernes, se inaugura una exposición de mi hijo en Palma que esperamos que esté petado por el mucho tiempo que Martín no expone. Espero que a Putín le de un infarto o deje Rusia en manos de otros y se acabe el suplicio de tanta gente. Como dice un personaje de mi función de El Rey: siempre pagan los pobres.