Ayer vi en La Sexta Noche al
político del PP, copia de Casado, copia de Rajoy, copia de Aznar, copia de
Franco, dar una bandera española a Gabriel Rufián de Esquerra Republicana. La
reacción del político independentista catalán fue muy coherente. Más o menos
dijo que la bandera no era importante, que lo importante eran las escuelas, los
hospitales, la sanidad… Y yo estoy totalmente de acuerdo. Los de derechas
siempre están con la puta bandera de los cojones que no es más que un trapo
amarillo y rojo. No llego a entenderlos. Creo que están equivocados y por eso
van a perder las elecciones, aunque se hayan aliado con la ultraderecha y
Ciudadanos. Creo que el PP, si quiere tirar hacia delante, como dicen ellos, se
tienen que quitar la losa de Franco, con su Fundación incluida, y declararse a
favor de la memoria histórica. De esta forma podrán salir del pozo donde están
metidos, si no hacen esto no saldrán. Pero la razón por la escribo estas líneas
es porque al terminar el debate de La Sexta Noche se me quedó una palabra en la
mente: MENTIRA. La palabra más repetida en el debate. Cualquier cosa que decía
un político, el contrario le decía que era mentira, y así sucesivamente. En
ningún momento nadie dijo que era verdad. Todo lo que decía uno el otro lo
negaba. Y digo yo, ¿es posible que todo lo que decían los 6 políticos de
distintos partidos fuera mentira? ¿Los 6 decían mentiras? Comprendo
perfectamente a los que no tienen claro a quién votar, porque después de ver
susodicho programa, las propuestas quedan bastante confusas. En definitiva, si
uno analiza el debate llaga a la conclusión que fue un debate de mentiros.