En el foro Económico Mundial de Davos, Suiza, los líderes políticos recibieron una peculiar carta que los dejó atónitos. Era una carta firmada por 250 millonarios, entre los que no había ni 1 solo español, que pedían que les subieran los impuestos para combatir la desigualdad económica que impera en el mundo y que amenaza la estabilidad social y ecológica. Increíble, ¿verdad? ¡qué diferencia de los empresarios españoles que gritan como niñas asustadas ante la reducción de horas de trabajo o la subida del salario del trabajador. O esos partidos políticos que se estiran los pelos ante los impuestos a las eléctricas y a los bancos, que por cierto, aún no han devuelto los millones que les dejó el pueblo. Y es que en esta vida se puede ser pobre o rico, tonto o listo, da igual, pero con clase se nace. Eso que tanto se echa de menos en España.