Estoy cansado de decir que
es una aberración exigir hablar el catalán a los funcionarios, y, sobre todo, a
los médicos y enfermeras. Gracias a Francina Armengol, MES y Podemos, los tres partidos
más fachas que el Marhuenda, estamos yendo hacia una medicina pobre y mediocre.
Es gracioso que estos tres partidos sean de izquierdas y se comporten como lo
hacía Franco, el Generalísimo, donde se obligaba a hablar el castellano a
hostias. Pero lo que más me sorprende es que los de Sanidad no clamen al cielo
por este despropósito de lo que está pasando con el catalán. Lo que me
sorprende es que no salga la gente a la calle, esa que no estaba en las
manifestaciones independentistas, a clamar por la injusticia. Es vergonzoso lo
que está ocurriendo con el catalán en estas islas. Los peninsulares ya tendrán
otro motivo de reírse de nosotros como lo hicieron antes con la eminencia de la
política Jaume Matas, con su metro a la universidad. Se están yendo médicos y
enfermeras de las islas por no hablar catalán, y están entrando otros que sí lo
hablan. No sabemos como serán como médicos pero ya tienen el puesto. Es
evidente, y el que no lo vea es porque es tonto, que la ideología de los
partidos está por delante a la salud del pueblo. Les importa un rábano que se
cure o que se muera la gente, todos ellos tienen seguro privado, pero están
obsesionados en que los médicos y las enfermeras hablen catalán aunque sean
yihadistas. ¿Por qué el Fútbol Club Barcelona no exigen a Messi que hable en
catalán cuando juega al fútbol? Es todo tan absurdo en esta isla, que muchas
veces creo que vivo en el País de las Maravillas. Y luego la gente se sorprende
que el PP gane las elecciones. ¿Cómo no las va a ganar con los ineptos que hay
en la oposición? Tiene que ganarlas de calle.