Arabia Saudí, aparte de
matar a los homosexuales, maltratar y agredir a la mujer, cortar cabezas a los
hombres y demás barbaridades, ha creado el primer hotel móvil con cápsulas para
peregrinos; o sea, una especie de ataúd de plástico y fibra de vidrio de dos
metros por uno y medio (más o menos) con televisión, tabla de planchar, sistema
de refrigeración y regulador de temperatura. Una preciosidad digna de ellos,
aunque la idea es de una organización benéfica. Y todo este tinglado para los
peregrinos que acuden a La Meca cada años a rezar (no sé qué coño deben de
rezar con tanta represión y mala leche) tengan su lugar de descanso a un precio
módico. Para colmo, este bendito país es monárquico (monarquía como la de
España) y un aliado a todo lo que sea militar; o sea, que no le falta de nada.