domingo, 10 de octubre de 2021

HOY HE VISTO MORIR A JAMES BOND

Hoy he visto morir a Bond, James Bond, interpretado por Daniel Craig en su última película Sin tiempo para morir. Esto puede parecer banal pero conlleva mucho fondo tratándose de mí. Yo vi 007 contra el Dr. No, la primera película de Bond de reestreno en el Teatro Principal del Coll d’en Rebassa, que aún hoy existe aunque está cerrado. Pues sí, en aquel tiempo gris que nos hizo vivir el dictador enano de voz aflautada, películas como las de 007 eran un alivio para el cerebro. Aunque hay que decir que las veíamos cortadas gracias a los curas retorcidos y pederastas (no todos) que componían la llamada Censura del Generalísimo. Además las clasificaban para mayores de 18 años, por lo que en los cines de Palma estaban prohibidas para la juventud. Una cosa más que Paquito quitó a los jóvenes españoles. Pero a mí no, por supuesto; yo con el dictador ya era anarquista. Al prohibirme ver a 007 me paseé por algún que otro cine de pueblo a comprobar si tenían la misma política que los de la ciudad. Al estar en un pueblo, pensé, a lo mejor son más condescendientes. Y no me equivoqué. Encontré uno en el Coll, con un portero que si le dabas unas pesetas hacía la vista gorda. Desde entonces vi todas las películas de Bond hasta que se eliminó la censura en el país. Vi bastantes, todas Sean Cornery. Allí, en aquel enorme cine con butaca y anfiteatro, casi vacío, oscuro, soñé muchas veces con aquellas mujeres bonitas que se tiraba Bond por la cara. Para mí era el hombre perfecto, con sus trajes impecables, su matini con hielo, mezclado pero no agitado, su magnífico coche Aston Martins... Y sobre todo cuando le preguntaban cómo se llamaba y él, con esa flema inglesas decía: Bond, James BondAhora, imaginaros por un momento todo esto y mirar a ese jovencito de menos de 13 años, en la inmensa sala oscura y casi vacía, con una inacabable pantalla delante de él, mirando detrás de sus gafas tipo Woody Allen (yo ya las llevaba entonces), aquello inalcanzable, aunque él aún no lo sabía. Después se acabó la censura y vino la transición y se empezó a hacer cine aburrido en España; había que recuperar los 40 años de dictadura. De alguna manera el encanto se perdió y aparecieron otros héroes que ya podías ver tranquilamente en las pantallas. Pero estoy seguro que a mi generación, el Bond que interpretó Sean Cornery, perturbará en nuestros recuerdos y en nuestra retina hasta que nos vayamos al otro barrio.