Esta terrible pandemia (podía haber sido mucho peor) nos ha descubierto lo gilipollas que es una parte de la juventud española. Una juventud totalmente irresponsable que ha seguido haciendo fiestas y ahora está preocupada por la Navidad. No por la fiesta en sí, sino porque no se podrá montar la fiesta de borrachera y droga (en algunas casas y lugares). Estoy cansado de oir que hay que salvar la Navidad. Y yo me pregunto, ¿por qué hay qué salvarla?, ¿para quién hay que salvarla? ¿Para los fontaneros? ¿Para los albañiles? La respuesta es fácil. Hay que salvarla para que los empresarios y los millonarios pierdan menos. ¡Qué importancia tiene que cada día mueran personas! Lo importante es que los que son ricos sigan siéndolo. Bastante les importa a ellos la Navidad. ¿Se ha parado alguien a pensar los miles de millones que van a ganar los laboratorios con el Covid-19? ¿Sabe alguien los miles de millones que estarán ganando las empresas que fabrican las mascarillas o los desinfectantes? El ser humano es deleznable, está demostrado, sobre todo cuando pasan catástrofes como esta que azota al mundo. Pero es más deleznable cuando se es capitalista. Entonces uno se convierte en amoral y en un hijo de la gran puta. Un gran ejemplo es lo que sucede en África, en lo que está sucediendo con esta pandemia en Europa. Los impresentables del PP y de Vox han demostrado, desde que surgió la pandemia, su insensibilidad ante los muertos que ha habido a diario. Desde el primer momento han antepuesto la economía a las muertes. Porque ellos saben que si en un futuro gobiernan (puede ser por la cantidad de taraos que hay en este país) se ahorrarán las jubilaciones de todos los que mueren, que no es moco de pavo, y podrán robar más. Esto es así y nadie puede rebatirlo. Desde que empezó la pandemia los pobres son más pobres y los ricos más ricos. Los políticos solo tenían que arreglar 2 cosas después de la primera ola: sanidad y ciencia. ¿Han arreglado alguna de las 2? Bueno, siempre nos quedará el hospital, monumento a la idiotez, que ha construido la señora Ayuso para que Europa se ría de ella y de los suyos. Hay que salvar la Navidad, es la frase más oída, y de paso fusilar a 20 millones de españoles, como dijeron los gilipollas de militares jubilados amigos del retrasado de Santiago Abascal. Y lo más triste de todo esto es que los becerros de siempre votarán a la derecha y la ultraderecha. Tenemos lo que nos merecemos, sin duda. Feliz Navidad… a los que tienen dinero, porque los que lo pasan mal para llegar a final de mes solo se preguntan de qué coño hay que salvar la Navidad.
POSDATA: Este escrito no es
el de un señor frustrado ni resentido al que le van mal las cosas. Gracias a
Dios me ha ido siempre muy bien y me va mejor que nunca. Y las navidades las
estoy pasando de miedo con los muchos amigos que tengo. O sea que podría
callarme y pensar, que les den. Pero yo no soy así. Nunca he podido con las
injusticias vengan de donde vengan. Y aún hoy, con la edad que tengo, sigo
luchando contra ellas y lo haré hasta que me muera. Feliz Navidad.