A mí me encanta el PP por la
moral inquebrantable que tienen. Son irreductibles, indestructibles y cínicos.
Me los imagino en reuniones privadas rompiéndose el culo riéndose de los
españoles. Pase lo que pase ellos son la esencia de la pureza, de la perfección
y de la honorabilidad. Y ya puede ser el partido más corrupto de la historia de
España, comparado con una organización criminal, que da igual. Ahora, la izquierda, han
conseguido echar a Rajoy a la calle con una moción de censura y dicen que es un golpe
de estado. Son geniales. En lugar de ponerlos a parir habría que estudiarlos,
analizarlos para futuras generaciones. Un partido con más imputados de toda la
historia de la política mundial no es moco de pavo. Y un partido, que a pesar
de innumerables evidencias, mentiras, robos y sentencias proclama su inocencia
con dos cojones, hay que admirarlo. Si los partidos de izquierdas en la Guerra
Civil Española hubieran tenido la fuerza moral del PP, Franco no hubiera ganado
la guerra y no habría habido más de cuarenta años de dictadura. Qué pena. Y lo
más enternecedor ha sido ver llorar a los peperos cuando Rajoy ha dimitido. Ha
sido enternecedor. Un presidente que le mando un mensaje a Bárcenas,
actualmente encarcelado, dándole ánimos para que aguantara, es mucho presidente. Es total este hombre. Tendrán que
pasar muchos años para que sea considerado como el presidente más corrupto de
la historia y sus discursos se coleccionarán igual que las fotos en las que
sale. Se harán clubs, fundaciones como la de Franco, películas, telenovelas,
libros… será un fenómeno social como James Dean en feo. La corrupción también
hace iconos.