Cuando yo era joven las
personas mayores me decían que el pasado era mejor. Eso siempre se ha dicho,
que el pasado fue mejor, aunque la mayoría de las veces no es cierto. Pero
ahora sí se puede decir con absoluta seguridad, que el pasado fue mejor, al
menos para personas de mi edad: sesenta y cuatro años. No soy carca, ni
reaccionario, ni soy del PP, más bien soy anarquista. Digo esto porque no me
cierro al progreso. Actualmente hay cosas muy buenas para nuestro mundo, pero
pienso que no tan buenas para el ser humano. Esto viene a cuento por lo que
estoy leyendo en periódicos de que hay que poner freno al turismo. Al principio,
no estuve de acuerdo, pero cuando el sábado me paseé (pasear es un decir) por
la plaza de Cataluña y Las Ramblas de Barcelona, sobre las doce de la mañana,
cambié radicalmente de opinión. ¡Hay que poner freno al turismo! Si en este
artículo contará las barbaridades que vi, no bastaría el periódico. ¿Han visto
alguna vez ha chinos hacer cola? Me explico. Los bares de La Boquería estaban
abarrotados (no confundir con llenos) de gente sentada en taburetes comiendo.
Pues bien, detrás de esas personas había chinos de pie, a unos dos palmos,
esperando. Y detrás de esos que esperaban, había otros, también a unos dos
palmos, esperando. Increíble pero cierto. En todos los cajeros automáticos de
la zona había colas de diez a quince personas esperando. Por el centro de Las
Ramblas era prácticamente imposible caminar, tenías que ir lentísimo, y ya no
cuento para entrar en el mercado La Boquería. Eso era casi imposible. Igual que
en las calles adyacentes a La Rambla, abarrotadas de turistas. Y lo más triste
(para mí, no para los empresarios capitalistas) es que todas las tiendas y
restaurante son marcas o franquicias. Era como caminar dentro de un catálogo de
marcas. ¿Esto es el progreso? Para mí el progreso es encontrar fármacos para
curar enfermedades, para mí el progreso es construir casas para los
necesitados, para mi el progreso es que suban las pensiones y que la Seguridad
Social esté al día con sus enfermos, etcétera, etcétera. El progreso no es una
plaza enorme llena de marcas de ropa, franquicias de restaurantes y multitudes
de turistas dando vueltas. Sí, los tiempos han cambiado.
martes, 23 de mayo de 2017
NUESTRA SEGURIDAD SOCIAL, LA MEJOR DEL MUNDO
No pongo en duda que nuestra
Seguridad Social sea la mejor del mundo, visto lo visto. La verdad, tenemos
mucha suerte. Pero otra cosa son los médicos, que desgraciadamente no son
dioses, y son como cualquier hijo de vecino. Por ejemplo, una joven doctora de
S.S. que operó a un amigo mío y le hizo una chapuza. Mi amigo, gracias a ella,
lleva un tubito metido en el pito y conectado a una bolsa desde hace seis
meses. Entre infección e infección está desesperado. Los de la S.S. se dieron
cuenta de la cagada de la joven doctora y pusieron otro médico a mi amigo. Este
otro médico le dice que tienen que operarlo, y que la operación durará sobre
unas cuatro horas, y que hay el sesenta por ciento de que salga bien. Mi amigo,
desesperado, alterado al borde de un ataque de nervios, ha optado por la
medicina privada, porque, entre otras cosas, tiene bastante dinero. Dentro de
una semana vendrá un equipo de médicos de Barcelona a operarlo en Palma con el
noventa por ciento de posibilidades de que todo salga bien. La cifra de lo que
le cuesta a mi amigo la operación ni la digo para no asustar. Hasta aquí bien
(es un decir), pero ahora supongamos que mi amigo no tuviera un duro, que es
mileurista, que vive al día, ¿qué pasaría? ¿Se quedaría el resto de su vida con
el tubito en el pito entre infección e infección o se arriesgaría a dejarse
operara otra vez por la S.S.? ¿Por qué normalmente los seres humanos no estamos
a la altura de las circunstancias? ¿Esa joven doctora que se equivocó con mi
amigo seguirá operando impunemente en la S. S.? Otro amigo, que hace un año
falleció, era el director de radiología de Son Dureta y, un día, desayunando en
la cafetería del hospital me dijo: “Si supiera la gente la cantidad de enfermos
que mueren por equivocaciones médicas, quemarían Son Dureta.”.
PEDRO SÁNCHEZ DIJO NO
Los que están en mi entorno
saben que yo estaba casi seguro que ganaría Pedro Sánchez las elecciones del
PSOE. ¿Por qué? No es que sea vidente ni adivino, ni haya ido a alguna bruja a
que me tire las cartas. Lo sabía porque si de algo entiendo un poco es de la psicología
humana. De acuerdo que han sido muchos condicionantes que han ayudado al
triunfo al Pedro Sánchez. Pero hay una cosa, tan solo una, que lo ha hecho
ganar. El señor Sánchez dijo NO al señor Rajoy, y cuando todos los partidos
cambiaron de opinión al respecto, e incluso su partido se bajo los pantalones
con el PP, el señor Sánchez se mantuvo en el NO. Y eso le trajo muchos
problemas y ahora le ha hecho ganar las elecciones. Los seres humanos no somos
demasiado inteligentes, al menos el ochenta por ciento de la humanidad, pero,
casi todos, coincidimos en dos cosas por burros que seamos. La primera es que
nos gustan las causas perdidas como la era la del señor Sánchez, y la segunda,
nos gustan las personas que se mantienen en sus trece pase lo que pase a pesar
de que salgan perjudicas. Vaticino que a partir de ahora el PSOE saldrá de las
cenizas como el Ave Fénix, en este caso, con Pedro Sánchez.
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