Este año nuevo tendría que
ser el año del cambio; del cambio de pensar de la gente. Lo que se suele decir:
cambiar el chip. Creo que si no tomamos medidas drásticas nos vamos a ir a la
mierda. La actual generación va a la deriva en una tormenta donde en lugar de
agua y olas hay móviles, Internet, depresión, ignorancia y soledad. La gente
está desesperada y lo peor es que no lo sabe, aunque tampoco le importa. Todos
vamos subidos en un Ave que va tan deprisa que no nos deja ver lo que realmente
es la vida. La gente cada vez hace cosas más inverosímiles, cosas
incomprensibles y luego se van a dormir tranquilamente. La única solución que
yo veo es que se imponga una ley que nadie, absolutamente nadie, pueda
incumplirla. Esta ley sería la siguiente. Cada mes, cada persona, tendría que
leer un libro, ver un documental, hacer senderismo un domingo, ayudar un día en
una oenegé, ir a ver una película, una obra de teatro, ir a la playa a ver
atardecer, y no utilizar el móvil ni entrar en Facebook ni en Yotube los
domingos. Si no se hace esto, aunque muchos de ustedes se rían, vamos de mal en
peor. Y si alguien no me cree, que entre en Facebook o en Youtube y vea lo que
la gente escribe, las fotografías y los vídeos que cuelgan y se darán cuenta de
lo que digo, de lo mal que stamos. El mundo se está convirtiendo en una Sodoma
y Gomorra. ¿Cuánta gente joven podría explicar qué fue Sodoma y Gomorra?
miércoles, 18 de enero de 2017
domingo, 1 de enero de 2017
FELIZ NAVIDAD A TODOS MIS AMIGOS DE FACEBOOK
Os deseo a todos una
maravillosa Navidad y un próspero Año Nuevo 2017 lleno de salud y trabajo bien
pagado. De verdad, os lo deseo de corazón aunque muchos de vosotros/as no lo
merezcáis. Porque yo no soy uno de esos que cuando llega la Navidad se
convierte en cordero y felicita a todo el mundo, incluso a sus peores enemigos.
No, esa no soy yo. Perdón: ese no soy yo. La Navidad siempre me ha gustado,
aunque actualmente no es la misma que hace cuarenta años, ahora existe Facebook
y todos los días bebemos y comemos lo que nos da la gana, no hace falta esperar
a estas fechas. Antes las cosas se compraban en pequeños comercios, ahora se
compran en franquicias, esa es la diferencia. Todo se ha globalizado de una
manera asquerosa que ya nos está perjudicando el coco. Estamos enfermando
mentalmente sin darnos cuenta. Pero pasemos página y volvamos a la maravillosa
Navidad por la que obligatoriamente todos debemos ser felices, incluso los
desahuciados o los que no tienen para comer. Incluso los que están en
hospitales luchando contra enfermedades jodidas. ¿Y qué me dicen de pasar la
Nochebuena en un comedor social con gente maravillosa? Eso sí es celebrar la
Navidad con gente que te quiere y te admira aunque no tenga ni idea de quién
coño eres. Señoras y señores seamos felices y comamos marisco y bebamos champán
francés, como decían antes. Tiremos la casa por la ventana y cambiemos el chip
creyéndonos que todo es bonito y que el año que viene se arreglarán las cosas
con Rajoy, los Reyes (no los Reyes Magos) y Podemos. Creamos que ya no hay
guerras en el mundo, que se han acabado las corridas de toros y que no va a
volver a ser obligatorio el servicio militar. Hay que ser optimista, España va
bien, las franquicias están llenas de gente, las grandes superficies están
petadas de gente, el consumo está a tope. Hay tanto dinero que incluso el PP
subvenciona cada año a la Fundación Franco. Hemos creado con mucho esfuerzo
unas navidades fantásticas donde en agosto ya se vende el décimo de Navidad.
¿Qué más queremos? Y aún falta el sorteo de Navidad. Esto ya es la leche de
felicidad. Seguro que os tocará algo a todos, aunque no hayas comprado un
décimo, es igual. ¿Y qué me decis de las cenas navideña con los familiares a
los que tanto odiamos? De verdad, os deseo una felices fiestas y un próspero
año lleno de salud y amor, aunque sea pagando. Feliz Navidad.
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