Ayer noche se inauguró la exposición de pintura del pintor Martín Garrido (Barcelona 1982), que desde el 2011 no exponía (La Misericordia), en la Galería Berlín por donde solo pasaron más de 200 personas debido a la lluvia, supongo. Incluso asistió Miquel Enseñat, Presidente del Consell de Mallorca, y una serie de artistas de todo tipo, entre ellos Celia Velasco, escritora; Beatriz Barón, Xisco Ródenas, actores; Tomeu Ripoll, poeta; Patxi Echevarría, Tolo Albertí, Miquel Martorell, Navarro Durruty, José Luis Mesas, José Luis Romartínez, pintores; Rafel Cifre, escultor; Pau Torrens, Juan Antonio Montañez, Alex Ferrer y Tomeu Pinya, fotógrafos.... he incluso periodistas de la talla de Pedro Prieto e intelectuales como Francisco Pizá, Pep Coll, Victoria de Vivero, Andrea Jonsdottir y Jaume Roig.. Me olvido de muchos pero ruego que me perdonéis porque he llevado muy mala vida y la memoria me flaquea. Antes de la exposición se hizo la presentación de mi libro sobre la vida de del repudiado Roca Fuster. Y la verdad, después de haber estado todo la semana recibiendo negativas de gente que conocía al genial pintor pero que no lo soportaba, creía que no vendría nadie. Pero me equivoque, hubo como 40 personas y la presentación fue bastante animada y divertida. Tengo que decir que de la tirada de 250 libros que se hizo, solo quedan 64, sin venderlo aun en librerías, solo en la Galaría Berlín. No está mal. También tengo qué decir que Rosario, la directora de la galería, estuvo a la altura de las circunstancias en su 10º aniversario de este espacio tan especial. Y por último, tengo que hablar de Martín, un pintor increíble que aun no utiliza proyector, un artista muy completo que pierde el tiempo en esta bendita isla de las maravillosa (antes de la calma).. Haz la maleta, Martín, y lárgate. Le digo yo siempre, pero él ni puto caso. Pero lo más importante de todo este rollo, es que vino Eugenia Planas para hacer las fotos de sociedad que se verán en Brisas, no sé qué día.
sábado, 25 de febrero de 2017
viernes, 17 de febrero de 2017
EL SUFRIMIENTO DEL TORO ES LO DE MENOS
Hay cosas tan claras, tan
evidentes, que no entiendo como hay gente que no las ve. Por ejemplo, la
evidencia del daño físico que se hace a un toro cuando se le clavan las
banderillas, la fusta del picador (supongo que debe de tener otro nombre pero
no me importa) o la espada que se les mete hasta los huevos. De acuerdo que una
corrida de toros es muy bonita estéticamente y tiene mucho colorido (sobre todo
el color rojo). A mi padre le encantaban. De acuerdo que grandes escritores como
Hemingway y pintores como Picasso hayan escrito y pintado sobre ella. Y les ha
quedado muy cinematográfica, incluso poética. Pero eso quedaba muy bien con la
dictadura de Franco, con los puros, los pañuelos y las mantillas. Fantástico,
no hay nada qué decir. Pero ahora estamos en el siglo XXI y tenemos que estar a
la altura. Que el periodista Carlos Herrera se taurino hasta la médula, me
parece lógico, basta leer sus artículos para darse cuenta. El hombre no da para
más. Lo que si me sorprende que artistas como la copa de un pino como Sabina y
Barceló también estén de acuerdo con torturar a un animal hasta matarlo para
que una serie de señores, que se pueden permitir comprar una entrada, disfruten
de su masoquismo. Si les parece, yo propongo una cosa muy sencilla: que se
sigan haciendo corridas pero que no se cobre entrada. Entonces, les aseguro,
que ya no tendrían razón de ser los antitaurinos porque las corridas
desaparecerían. Como todo, la fiesta de los toros es un negocio muy lucrativo,
como dice Herrera. Que torturen al toro es lo de menos.
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