viernes, 27 de octubre de 2017
¿Y ahora qué?
En estas historias los perdedores siempre son los mismos: el pueblo, que no es más tonto porque no entrena. Nadie más que ellos va a salir perjudicado, porque que nadie piense en ningún momento, que el capitalismo perderá. Perderán los de siempre, los que gritan en las manifestaciones, los que se levantan a las seis de la mañana para conducir un autobús, en definitiva, los que siempre han perdido. El pueblo. El ser tonto algo tiene que costar, ¿no?
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