Yo vivo en una calle
céntrica y larga donde se puede aparcar en ambos lados. Y desde uno de mis
balcones puedo ver casi la mitad de la calle. Pues bien, cada día, desde que
estamos en cuarentena, salgo al balcón a fumar un rato. La calle siempre está
vacía de gente, pero nunca hay aparcamiento, y no solo eso, sino que además los
coches cambian. Son diferentes siempre. ¿Si se sobre entiende que estamos
confinados por qué los coches se mueven y cambian de lugar cuando no son otros?
No lo entiendo. ¿O sí lo entiendo? Mi vecino está toda la semana trabajando en
su casa, pero el fin de semana coge su coche y se va. ¿Adónde? No lo sé.
Supongo que a la casa de sus padres que viven en un pueblo. Tres cuartos de lo
mismo pasa con los del tercero y el primero. En el edificio de enfrente, cada
dos días viene una sudamericana con sus dos hijos pequeños, los tres sin
mascarilla y guantes, a limpiar un piso. Terminado el trabajo entran en un
pequeño utilitario y se van. A unos cuarenta metros tengo un gimnasio que desde
que empezó la cuarentena no han dejado de trabajar de cuatro a cinco hombres
sin mascarilla ni guantes. Podría seguir pero me aburro. La pregunta clave
podría ser: ¿por qué pasa esto si teóricamente estamos confinados? ¿Puedes ser
porque estamos en Mallorca y lo que pasa en Mallorca le importa un rábano a los
demás? ¿O puede ser que tengamos a una presidenta, con pinta de peluquera y una
labia que te cagas, que le viene grande el confinamiento? Tengo amigos que cada
fin de semana me invitan a torradas en fincas con amigos. Esto no es serio. Si
nuestra presidente le hiciera menos caso al catalán y se preocupase más por la
ciudadanía a lo mejor le harían más caso en Madrid, donde la ignoran. Durante
cuarenta años el hombre del tiempo dio la espalda a las islas (lo dije yo en un
artículo de hace treinta años) ahora ya no nos la da, pero nos ignora gracias a
nuestros políticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario