“Un mapache le arranca el
pene al hombre que intenta violarlo”. ¡Cómo cambian los tiempos! Antes, a
veces, un pastor aburrido y aislado se beneficiaba alguna solitaria y atractiva
oveja, pero eso era porque no había tanta prostituta como hay ahora ni tanta
variedad. Pero que un tipo, un ruso para más señas, intente tirarse a un pobre
y desvalido mapache, pasa de castaño oscuro. Algo va mal en la sociedad en que
vivimos. Pero esta noticia me ha hecho recapacitar sobre el tema de la
violación y el comportamiento del mapache me ha dado la solución. ¿Se imaginan
que cada mujer violada le arrancara de un bocado el pene a su agresor? No es
necesario arrancárselo con la boca, puede cortárselo. Sería fantástico, ya no
importaría el circo de los juicios ni los desaprensivos abogados que defienden
lo indefendible. El tío se quedaría sin pene y punto. Seguiría siendo violador
(porque eso está demostrado que no se cura) pero sería mentalmente. ¿Se
imaginan cuántos tíos sin pene irían por la calle? Sé perfectamente que es una
solución extrema, pero hay muchos países que a los violadores ya les inyectan
una sustancia que los deja impotentes de por vida. Hay que pensar que su pene
es su instrumento de trabajo. La mente y el pene. Pero en España no podría ser
porque la Justicia cojea bastante y el alto nivel de machismo existente es
bochornoso. Aquí, si una mujer le arrancara o cortara el pene a un hombre
porque la estuviera violando, se le caería el pelo en la cárcel. Sería acusada
de no sé cuantas cosas. Yo creo que hasta de canibalismo, vamos, que iría
directa a la cárcel. La violación se tiene que pagar con violación, porque ya
está bien de reírse de la mujer, que normalmente son más inteligentes que los
hombres.
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