¡Cómo pasa el tiempo! Yo
prefiero no pensar en ello porque me pongo enfermo. Y la putada del tiempo es
que lo cambia casi todo. Hasta a Fidel Castro lo cambió. De pasar cómo un
auténtico icono de la libertad en su más amplio sentido de la palabra, se
convirtió con el paso de los años en un dictador encubierto por una extensa
flora y fauna ciega ante su dictadura comunista. Y aún sigue. Me acuerdo de mi
juventud cuando Fidel era el no va más, aunque siempre estuvo detrás del Che
(aún lo está y siempre lo estará.). Todo el mundo hablaba de lo bien que se
vivía en Cuba, la tierra de la libertad donde todo el mundo era igual y todos
tenían acceso a la Universidad. En cambio aquí vivíamos en la mediocridad,
olvidados del resto de Europa. “África empieza en la frontera de Francia” dijo
Mike Jagger hablando de España. Éramos la reserva espiritual de Europa, decían
por ahí en coña mientras que los jóvenes que vivíamos en costas o islas follábamos
extranjeras. Estábamos tan lejos de aquella Cuba de la libertad y las
oportunidades que nos sentíamos impotentes, al menos las personas idealistas e
inquietas como yo. Era lo que había y tocaba joderse. Pero ahora todo ha
cambiado. Aquel señor con barba y siempre vestido de verde se acaba de morir inmensamente
rico como un dictador comunista. Un militar que no tuvo vida privada ni mucho
menos ejemplar, y en cuanto a la política, metió en la cárcel a todo el que
opinaba de diferente manera que él. Tuvo arrancada de caballo y llegada de
asno. Fue brillante y esa brillantez se quedó en el camino. No creo que
actualmente Fidel sea un buen ejemplo a seguir. Pero yo prefiero recordarlo
como en los años 60 y 70 cuando aún uno creía en la libertad y se creía que
Cuba era el Paraíso. Descanse como se merece, ni más ni menos.
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