Yo no soy independentista
pero sí estoy a favor de que el pueblo catalán decida su futuro con un
referéndum en condiciones y dentro de la legalidad. Pero después de lo que vi
ayer por televisión me dan ganas de serlo. Lo que ha conseguido el inepto de
nuestro presidente es que si en Catalunya había un cincuenta por ciento
independentista, ahora hay un noventa. Hay que ser tonto para no ver lo que iba
a pasar. ¡Hasta yo lo sabía! Por lo tanto podría también ser presidente, y
seguro que lo haría mejor que él. Ahora, si este país fuera normal como
Francia, Alemania u otros países de Europa, España entera saldría a la calle a
exigir la dimisión de este tarado que tenemos como presidente al que siguen
extremistas fascistas que aún se creen que Franco no está muerto y que vive en
El Escorial. No podemos permitir que el tiempo calme la barbarie del 1 de
octubre y que los malos de siempre sigan ganando.
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