El
14 de abril de 2020 el presidente Pedro Sánchez declaro por televisión el
ESTADO DE ALARMA en el país, y millones de personas nos quedamos encerrados en
casa acojonados, menos los gilipollas de siempre que siguieron ejerciendo de
gilipollas por su escasez de cerebro. ¿Cómo un país tan pequeño puede albergar
a tantos imbéciles/as? Por eso yo siempre digo que lo importante no es votar,
es quién vota. Por ejemplo a mí me dan miedo los millones de personas que ven
los programas del corazón de Tele 5. Siempre me he preguntado a quién coño
votará esa gente con el coeficiente intelectual que debe de tener, incluida
Mercedes Milá. No son de fiar. Igual que yo, que me gusta El Intermedio, leo El Jueves y
estoy de acuerdo en lo que dice Iñaki Gabilondo. Tampoco soy de fiar.
lunes, 27 de abril de 2020
lunes, 20 de abril de 2020
Mueren viejos: Menos gastos
Cada día mueren en este país
de charanga y pandereta mínimo 400 personas y parece que hay gente que no le
preocupa demasiado. Gentuza de mierda que no se toma en serio este drama porque
no se mueren ellos y a los ancianos los ven lejos. Es increíble lo de este país,
una vez más el ejemplo de lo deleznable que puede ser el ser humano. Y los
primeros de la lista de gentuza son los políticos, ¿quién iba a ser?, que en
lugar de unirse, aunque sea por una puta vez, no lleguen a hacerlo. Y no solo
eso que además se insultan y dicen idioteces sin ningún pudor ante el pueblo
español que siente vergüenza ajena. Me refiero al ciudadano coherente y serio.
Por eso es importante que nadie olvide lo que está haciendo la derecha y la
ultraderecha contra los españoles, como no hay que olvidar la patada en los
huevos que dio Rajoy a la Sanidad durante su mandato. Está más que claro que a
estos partidos no les importa la muerte diaria de tantos ancianos, les importa
el poder, la economía, su economía. Todo esto no hay que olvidarlo para cuando
vayamos de nuevo a votar. Los políticos españoles necesitan un baño de
humildad, de empatía, de inteligencia (eso es muy difícil tratándose de políticos).
Necesitan unirse para combatir juntos al terrible drama que nos toca. Ni
derecha, ni centro, ni izquierda, solo necesitamos un solo partido multicolor para
frenar la muerte de tantos ancianos. Al final de esta historia los auténticos héroes
serán los que cobran menos y se juegan la vida: médicos, enfermeras, policías,
guardia civiles, bomberos, etcétera. Y cuando pase esto, que pasará a base de
muertes, los idiotas se salvarán como siempre y volverán a defender sus
intereses con mentiras. Y como en este país hay muchos idiotas (se cuentan a
millones) les creerán. Por eso, los coherentes, la gente honrada, y buena,
tenemos que estar esperándolos de cara para joderlos. Y nosotros sí que tenemos
que estar unidos con los que ahora luchan contra el Covid-19 para darles por
culo.
domingo, 12 de abril de 2020
PERRO MUNDO
Hace muchos años estuve en la casa de un amigo pasando un fin de semana. Una casa de película arriba de una montaña. Recuerdo que tenía un perro permanentemente atado a una caseta con cinco metros de cadena. En uno de esos días fuimos a caminar por su propiedad y encontramos a una oveja muerta a mordiscos por el perro. Sin más, y ante el estupor de los que estábamos allí, cogió una piedra de considerable tamaño y la estrelló en la cabeza del perro que calló fulminado al instante. Una amiga que iba con nosotros le dijo lo que no había en la cartilla, a grito pelado. Una amiga, que precisamente la semana anterior había aceptado que el asesino del perro le dejara una cantidad importante de dinero. La salvó de un problema grave. ¿Cómo se entiende esto? Yo estoy convencido de que las personas que no quieren a los perros no son del todo buenas personas. No sé si nuestro amigo pensó en lo que hacía cuando mató al perro con la piedra, pero el tiempo me ha dado un poco la razón. No es que el amigo que mató al perro sea mala persona, pero sí es un ser egoísta que solo piensa en él y los demás no le importan mucho, aunque cuando le pides un favor te lo suele hacer. En cambio a los muchos empleados que tiene les paga lo mínimo estipulado, porque si pudiera les pagaría menos. Para mi los perros son sagrados y nosotros (no todos) no somos dignos de ser sus amigos. Ahora con el coronavirus, una vez más, sale en evidencia la maldad innata del ser humano. Miles de personas fueron en busca de perros abandonados en perreras para poder pasear por la calle, y ahora, cuando el virus está empezando a ceder, los abandonan tranquilamente como si se tratara de una bolsa de basura. Uno intenta, se obliga, a creer que el ser humano es bueno, pero no hay manera. Y si lo es en su mayoría, pero hay un porcentaje alto de malas personas. Al que abandonara un perro habría que ponerle mínimo seiscientos euros de multa sin posibilidad de reclamación. Si no respetamos a los perros, ya ni te hablo de las personas mayores.
viernes, 3 de abril de 2020
MATERIAL SOBRANTE
Siempre, en
todas las catástrofes hay gente que gana. Está comprobado. Y en esta catástrofe
que nos asola, ya hay muchos empresarios listos que se están forrando. Pero así
es una pequeña y despreciable parte del ser humano (gracias a Dios) que siempre
estará ahí, como corresponde a las hienas. Esta parte putrefacta de la sociedad
nunca son fontaneros, enfermeras, electricistas o peluqueras, sino empresarios
con mucho dinero que no les importa nada. Ni siquiera los ancianos/as que están
muriendo. Porque realmente el gran drama humano de esta pandemia son las
personas mayores. Esas que estuvieron puteadas en la guerra, o pasaron hambre
en la posguerra, o perdieron su libertad con Franco. Ese enano dictador con voz
aflautada al que su familia defiende tanto. Esos que vivieron el crack de 2008,
en el que Rajoy salvó a los bancos y no a ellos, que tuvieron que sacar a
familias adelante con sus modestas o míseras pensiones. Mira por donde ahora
nos vamos a quitar de encima muchos gastos, piensan muchos en este país. Porque
al fin y al cabo un anciano más o menos, tampoco es tanto. Ellos ya han vivido
lo que tenía que vivir. Ni siquiera son material de reciclaje. No sirven para
nada excepto ocasionar gasto al Gobierno. Mis padres ya no están conmigo. A los
dos los ví morir sin dolor, en paz y tranquilidad. No me imagino que hubieran
muerto por el coronavirus en una habitación entubados y solos. No puedo ni
imaginármelo, en cambio es lo que está sucediendo cada día. Espero que Dios,
cuando los reciba, les de lo que se merecen.
jueves, 2 de abril de 2020
PÉRDIDAS EMPRESARIALES
Es un hecho
que los hoteleros de Mallorca han ganado cientos de millones durante décadas con
el turismo. Y si no que se lo pregunten al señor Ríus, que ha comprado nada más
y nada menos que el edificio Plaza de Madrid. No me imagino los miles de
millones que le habrá costado y luego restaurarlo. Millones ganados con la hostelería en Mallorca y en otros lugares del mundo. Pero ahora, de repente,
viene el coronavirus y lo cambia todo. De repente los hoteles no se podrán abrir hasta nueva orden y eso acarreará pérdidas o menos ganancias, según como se mire. Creo que en estos momentos tan delicados por los que la humanidad nunca había pasado, debería hacer recapacitar un poco a los empresarios en general. Los de siempre, los que siempre ganan. Me refiero a empresarios grandes. La derecha, la ultraderecha y los descerebrados de turno, no dejan de hablar de las pérdidas que están teniendo los empresarios españoles. A todos les gustaría que el presidente fuera Rajoy para indemnizar a los empresarios y a los bancos para que nadie de sus amigos perdiera, como hizo en el pasado. Y al pueblo que le den. El señor Sánchez tendría que olvidarse del
pueblo que se ha muerto, que se muere y que se morirá, para indemnizar a los empresarios de este país que lo están pasando fatal sin ganar los millones que cada año ganan.
En estos momentos creo que los millonarios deberían ser los primeros en dar ejemplo al pueblo, al mundo, y
aunque no den nada de los miles de millones que ha ganan normalmente, al menos tendrían que sonreír y callar por vergüenza, y buscar una
solución viable en la que no pierda el pueblo. Algo que nos beneficie a todos,
Vamos a cambiar el chip y que el virus permita que por una vez los
desfavorecidos no pierdan tanto como siempre.
POSDATA:
Que me
perdonen mis muchos amigos hoteleros a los que aprecio y quiero lo mejor.
RESISTIREMOS
Esta tarde,
mirando un precioso video de una serie de artistas interpretando Resistiré de los inmortales Dúo
Dinámico, he pensado que debería aportar mi grano de arena a esta causa. ¿Y
cómo puedo hacerlo? Escribiendo. Ante todo, que vaya por delante lo poco que
creo en la mayoría del ser humano (cada día tengo más pruebas de ello), pero de
repente ha entrado en nuestras vidas el COVID-19 y todo ha cambiado. En los
ricos ha cambiado poco, pero en la gente normal y corriente, sí ha cambiado.
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido la reacción de esa gente, esa gente
en la que nadie se fija, esa que te cruzas con ella por la calle, o espera
enfrente de ti en un semáforo para cruzar, o ese empleado que te pone gasolina,
o la dependienta de Mercadota, o el vecino que no te miraba a la cara. Sin olvidar
las enfermeras que te parecen todas iguales, o el médico de turno que no es
simpático, o la gente encerrada en su casa, en pisos de cuarenta metros, en
habitaciones. Pues toda esa gente me ha dado una lección de humanidad, y me ha
demostrado que en este cruel e injusto mundo hay más gente buena de la que yo
creía. Esa gente buena unida, como lo está ahora, me ha demostrado que es capaz
de sobrevivir a cualquier cosa. Me ha demostrado, que sin ser ricos ni poder
dar millones a Sanidad, ellos también aportan su grano de arena. Quizá el más
importante de todos: la solidaridad, las ganas de luchar y vivir. Y a lo mejor
es porque no les importa que el que esté enfermo sea marqués o político, gitano
o negro, contable o ingeniero, o que el que esté escuchando en su balcón como
cantas Resistiré está sentado en una
silla de ruedas o en una residencia.
Estamos dando una lección al mundo de solidaridad al salir a los balcones y
ventanas a aplaudir. Es más importante de lo que creemos. Porque aplaudir todas
las noches a las 8 de la noche por la gente que se juegan la vida por nosotros
no es una tontería. Los aplausos se oyen en el mundo entero. Muchos dirán que
solo son aplausos, que no es dinero que dan, pero esos aplausos valen millones
de euros de ilusión y lucha. Y cada médico, cada enfermera, cada policía, y
cada trabajador/a que cada día sale a ayudar a los demás, que no se olvide
nunca que un país entero sale a las 8 de la noche a aplaudirles. Nunca jamás,
ningún artista tuvo tantos aplausos. A partir de ahora pensaré que aún no está
todo perdido gracias a esa gente buena que no sabía que existía. Gracias por
haberme abierto los ojos y volver a creer en la bondad del ser humano.
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