Yo creía en los premios Planeta, incluso me compré una colección entera de ellos y me los leí todos. En ese tiempo (22 o 23 años) ya empecé a mosquearme porque de repente leía un rollo patatero que me costaba terminar. De hecho, vendí como la mitad de la colección quedándome con los que me gustaban. Entonces, aquello no lo entendía. En el transcurso de los años he ido leyendo (prensa y libros), oyendo (personas y radio) y viendo (TV) cosas de los premios Planeta y he llegado a la conclusión, como muchos más, que estos premios son mentira, un tongo, que ganan los que más interesan a la empresa que tiene que recuperar y ganar el 1 millón de euros del premio. Reconozco que desde hace como treinta años leo poquísimos premios Planeta, y eso que leo todos los días llueve o truene. Aún recuerdo que el magnífico Joan Marsè (en ese momento estaba de jurado), que no entendía cómo podía haber ganado una escritora tan mediocre como la que ganó. Lo dijo él, no yo. El tiempo le ha dado la razón, porque esta señora ha acabado escribiendo artículos en un periódico de provincias. Tengo que reconocer que yo compré su libro y conseguí leerlo hasta la página 40. Y yo me pregunto: ¿cómo los premios más importantes de España premian a escritores/as tan mediocres. La respuesta es evidente: intereses. Mis felicitaciones a Sonsoles Ónega una presentadora muy simpática, vamos, una más.
lunes, 16 de octubre de 2023
domingo, 15 de octubre de 2023
Domingo de lluvia en Cala Ratjada.
A las 9 de la mañana nos ha despertado la lluvia en una habitación del hotel blanco, azul y maravilloso ubicado en Cala Ratjada, Guya Wave, de nuestro amigo Álvaro. Ha sido un bonito despertar porque hacía tiempo que no veíamos llover, sobre todo de esa forma. Nunca me han gustado los domingos, pero la lluvia me ha alegrado este. Aunque ahora, las once, ya luce el sol de nuevo. Parece que aquí el tiempo se ha parado, pero nada de eso, en Israel y Palestina sigue muriendo gente (estoy viendo 24 horas) mientras que unos mierdas trajeados con trajes caros y exclusivos hablan, discuten y comen y beben mientras que el pueblo se mata. Así es el ser humano, peor que cualquier animal. Incluso la rata. Yo siempre pienso lo mismo: ¿por qué los pueblos no se revelan y aniquilan a esos políticos que solo traen desgracias? Se acabaría la rabia. Anarquismo puro y duro. De todas formas así como estamos a mucha gente le va mal. De perdidos al río, ¿no?
sábado, 14 de octubre de 2023
Carlos Pumares ya no vive aquí.
Yo he visto una vez en mi vida a Carlos Pumares, y fue cuando estaba de moda con un programa de radio que tenía por las noches. Fue en un festival de cine que no recuerdo (tendría que buscarlo en mis archivos físicos y eso es mucho trabajo) y fue con la película Proceso a ETA (ahora Melodía interminada) dirigida por Manuel Macià y protagonizada por Beatriz Barón, yo y una colaboración especial de Pedro Ruiz. Cuando vi a Pumares por primera vez fue en el estreno de la película en el festival a las diez de la noche. Yo nunca veo las películas en las que participo. Por eso, en los estrenos, espero a salir de la sala a los diez minutos de empezar la proyección. Esa noche hice lo mismo y salí al bar a tomarme una cerveza. La barra estaba vacía y, de repente, Pumares salió de la sala y se acercó para pedir un café con leche. Estábamos a unos cinco metros de distancia. Tomó su café y se marchó. Casi una hora y media después terminó la película y me vi con José Gago (el productor de la película) y le conté la anécdota. Lo conozco bastante, me dijo. Voy a telefonearle a la radio ahora mismo. Y así lo hizo desde el mismo hall del cine. Volvió a los diez minutos y dijo que ya estaba todo arreglado: pondría bien la película. Poco más de una hora más tarde, oímos su programa en la radio y ponía bien nuestra película sin verla. Así son lo poco creíbles críticos. Anoche vi empezar a ver El huerto del francés y no había por donde cogerla. Aguanté quince minutos, en cambio, antes de la película, los tertulianos de Historia de nuestro cine, la ponía bien. En su estreno la película fue vapuleada por la crítica y el público no fue a verla, en cambio, ayer tocaba ponerla bien en televisión. En mi época de joven había un dicho popular que decía, que si la crítica de una película era buena no había que ir a verla. Pues eso. Para que Pumares te pusiera bien había que ser amiguete.