Yo creía en los premios Planeta, incluso me compré una colección entera de ellos y me los leí todos. En ese tiempo (22 o 23 años) ya empecé a mosquearme porque de repente leía un rollo patatero que me costaba terminar. De hecho, vendí como la mitad de la colección quedándome con los que me gustaban. Entonces, aquello no lo entendía. En el transcurso de los años he ido leyendo (prensa y libros), oyendo (personas y radio) y viendo (TV) cosas de los premios Planeta y he llegado a la conclusión, como muchos más, que estos premios son mentira, un tongo, que ganan los que más interesan a la empresa que tiene que recuperar y ganar el 1 millón de euros del premio. Reconozco que desde hace como treinta años leo poquísimos premios Planeta, y eso que leo todos los días llueve o truene. Aún recuerdo que el magnífico Joan Marsè (en ese momento estaba de jurado), que no entendía cómo podía haber ganado una escritora tan mediocre como la que ganó. Lo dijo él, no yo. El tiempo le ha dado la razón, porque esta señora ha acabado escribiendo artículos en un periódico de provincias. Tengo que reconocer que yo compré su libro y conseguí leerlo hasta la página 40. Y yo me pregunto: ¿cómo los premios más importantes de España premian a escritores/as tan mediocres. La respuesta es evidente: intereses. Mis felicitaciones a Sonsoles Ónega una presentadora muy simpática, vamos, una más.
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