Cuando yo era joven las
personas mayores me decían que el pasado era mejor. Eso siempre se ha dicho,
que el pasado fue mejor, aunque la mayoría de las veces no es cierto. Pero
ahora sí se puede decir con absoluta seguridad, que el pasado fue mejor, al
menos para personas de mi edad: sesenta y cuatro años. No soy carca, ni
reaccionario, ni soy del PP, más bien soy anarquista. Digo esto porque no me
cierro al progreso. Actualmente hay cosas muy buenas para nuestro mundo, pero
pienso que no tan buenas para el ser humano. Esto viene a cuento por lo que
estoy leyendo en periódicos de que hay que poner freno al turismo. Al principio,
no estuve de acuerdo, pero cuando el sábado me paseé (pasear es un decir) por
la plaza de Cataluña y Las Ramblas de Barcelona, sobre las doce de la mañana,
cambié radicalmente de opinión. ¡Hay que poner freno al turismo! Si en este
artículo contará las barbaridades que vi, no bastaría el periódico. ¿Han visto
alguna vez ha chinos hacer cola? Me explico. Los bares de La Boquería estaban
abarrotados (no confundir con llenos) de gente sentada en taburetes comiendo.
Pues bien, detrás de esas personas había chinos de pie, a unos dos palmos,
esperando. Y detrás de esos que esperaban, había otros, también a unos dos
palmos, esperando. Increíble pero cierto. En todos los cajeros automáticos de
la zona había colas de diez a quince personas esperando. Por el centro de Las
Ramblas era prácticamente imposible caminar, tenías que ir lentísimo, y ya no
cuento para entrar en el mercado La Boquería. Eso era casi imposible. Igual que
en las calles adyacentes a La Rambla, abarrotadas de turistas. Y lo más triste
(para mí, no para los empresarios capitalistas) es que todas las tiendas y
restaurante son marcas o franquicias. Era como caminar dentro de un catálogo de
marcas. ¿Esto es el progreso? Para mí el progreso es encontrar fármacos para
curar enfermedades, para mí el progreso es construir casas para los
necesitados, para mi el progreso es que suban las pensiones y que la Seguridad
Social esté al día con sus enfermos, etcétera, etcétera. El progreso no es una
plaza enorme llena de marcas de ropa, franquicias de restaurantes y multitudes
de turistas dando vueltas. Sí, los tiempos han cambiado.
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